El acceso sin restricciones que Elon Musk ha obtenido a secretos del Gobierno estadounidense ha desatado una rebelión entre funcionarios en Washington. La situación se complicó con el regreso de Donald Trump al poder y la designación de Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
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El conflicto escaló recientemente cuando ocho empleados de DOGE intentaron ingresar a los sistemas y documentos de la Agencia de Cooperación Internacional Estadounidense (USAID), incluidos sectores resguardados por estrictos protocolos de seguridad. Dos funcionarios de USAID que intentaron impedir el acceso fueron suspendidos después de recibir amenazas de los empleados de DOGE de involucrar a agentes federales. Musk, a través de su plataforma social X, acusó a USAID de ser una "organización criminal", poniendo en riesgo la seguridad de sus empleados.
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Desde el inicio de la nueva administración, han sido suspendidos 60 altos funcionarios y despedidos cientos en USAID. Uno de los casos más destacados es el de David Lebryk, el empleado federal de mayor rango del Departamento del Tesoro, quien dimitió tras ser amenazado por DOGE con la interrupción de pagos gubernamentales que supervisaba. Además, más de 100 empleados de carrera en USAID han sido puestos en licencia administrativa.

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DOGE ha ganado un control considerable sobre el sistema de acceso a la información del Gobierno, lo que les permite bloquear a empleados y leer correos electrónicos. Intentaron acceder a instalaciones de información sensible (SCIFs) y servidores con clasificaciones de alto secreto. Musk ha hecho públicas sus intenciones de cerrar USAID, describiéndola como un “nido de víboras de marxistas radicales”.
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La agencia USAID es el mayor donante de ayuda humanitaria en el mundo, otorgando $72 mil millones en asistencia en el año fiscal 2023, lo que equivale al 42% de toda la ayuda humanitaria rastreada por la ONU en 2024. Sin embargo, Trump ha ordenado un congelamiento global de la mayoría de la ayuda exterior de EE. UU., afectando programas críticos como hospitales de campaña en campos de refugiados y tratamientos para enfermedades.
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El ambiente que se vive en USAID es de terror, con muchos empleados temiendo ser notificados de su despido en cualquier momento. En este contexto, la página web de USAID ha estado fuera de servicio y redirigiendo temporalmente al sitio de la Casa Blanca. La administración de Trump está considerando integrar USAID en el Departamento de Estado, lo que podría desafiar la autoridad del Congreso sobre la agencia.

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Estos eventos reflejan una lucha intensa entre la nueva administración y los funcionarios de carrera, con serias implicaciones para la estructura y funcionamiento de la ayuda internacional de EE. UU. La tensión entre los distintos grupos y las medidas extremas tomadas indican un conflicto profundo que podría tener consecuencias a largo plazo tanto en el ámbito doméstico como internacional.