Luis Rubiales, ex presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), enfrentará un juicio en Madrid a partir del lunes 5 de febrero de 2025, por un beso no consensuado que le dio a la jugadora Jenni Hermoso durante la celebración de la victoria de España en la Copa del Mundo 2023 en Australia. Rubiales, de 47 años, está acusado de agresión sexual y coerción, tras alegaciones de que intentó forzar a Hermoso, de 34 años, a declarar públicamente que el beso fue consensuado.
Los fiscales españoles están buscando una pena de prisión de dos años y medio. En España, aquellos que reciben sentencias de menos de dos años pueden evitar la prisión pagando daños, siempre que no tengan antecedentes penales. Hermoso, la máxima goleadora de la selección española y actualmente jugadora del Tigres en México, testificará en el tribunal.
Además del ex presidente de la RFEF, también están en juicio el ex entrenador de la selección femenina, Jorge Vilda, el ex director deportivo de la RFEF, Albert Luque, y el ex jefe de marketing de la federación, Rubén Rivera, por su supuesta participación en la presión ejercida sobre Hermoso. Rubiales y sus coacusados testificarán después del 12 de febrero, una vez que el tribunal haya escuchado a los demás testigos.
El tribunal superior de España concluyó el año pasado que había suficientes pruebas para llevar a cabo el juicio, determinando que el beso "no fue consensuado y fue un movimiento unilateral e inesperado". El incidente ocurrió el 20 de agosto de 2023, cuando Rubiales se encontraba cerca de la reina Letizia y la infanta Sofía, y fue captado en video. El video se volvió viral en pocas horas.
Hermoso, al ver el video, expresó a sus compañeras que "no le gustó". En una declaración posterior, describió el beso como un "acto impulsivo, sexista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento de mi parte". Rubiales, por su parte, descalificó a sus críticos, llamándolos "idiotas y estúpidos", y ofreció una disculpa que muchos consideraron poco sincera, alegando que el beso fue "sin mala fe en un momento de máxima efusividad".
Los fiscales argumentarán que Rubiales coaccionó a Hermoso al apartarla en el autobús hacia el aeropuerto y pedirle que aprobara una declaración que minimizaba el incidente, cosa que ella se negó a hacer. Vilda supuestamente se acercó al hermano de Hermoso, Rafael, durante el vuelo de regreso a Madrid, advirtiéndole que la carrera de su hermana sufriría a menos que ella grabara un video apoyando la afirmación de Rubiales de que el beso fue consensuado.
Rubiales ha solicitado que sus hijas testifiquen en el juicio, y varios compañeros de Hermoso también proporcionarán evidencia. En medio de las protestas por el incidente, la madre de Rubiales, Ángeles Béjar, fue hospitalizada tras encerrarse en una iglesia y realizar una huelga de hambre en apoyo a su hijo, protestando contra la "persecución inhumana y sanguinaria" en su contra.