El estudio, conducido por Anil Doshi y Oliver Hauser, evalúa el impacto de la IA en la creatividad a través de un experimento con 293 voluntarios, publicado en la revista *Science Advances*. Los participantes fueron divididos en tres grupos para escribir una historia de ocho frases: sin IA, con una idea de IA, y con hasta cinco ideas de IA suministradas por ChatGPT.
Los resultados mostraron que el grupo sin IA obtuvo una puntuación de similitud de 8.10, el grupo con una idea de IA alcanzó 10.7, y aquellos con cinco ideas de IA obtuvieron 8.9. Estos datos sugieren que la participación de la IA tiende a homogeneizar las historias, reduciendo las diferencias entre ellas.
En términos de creatividad individual, los escritores menos creativos que utilizaron IA mejoraron sus capacidades en un 10%, produciendo historias más amenas. Sin embargo, la dependencia de ideas proporcionadas por la IA puede limitar la originalidad, anclando a los escritores en conceptos predefinidos.
Desde el punto de vista ético, el 58% de los evaluadores consideró apropiado el uso de IA en la creación literaria, aunque solo el 20% lo aprueba si no se reconoce la asistencia de la IA. Los escritores que emplearon esta tecnología enfrentaron penalizaciones en comparación con aquellos que no la usaron, reflejando una preocupación sobre la autenticidad y originalidad del contenido generado.
Expertos como José Antonio Alguacil y Teresa Mateo también advirtieron sobre la posibilidad de que el uso extendido de la IA unifique el contenido creativo, eliminando la singularidad derivada de experiencias humanas. Mateo destacó que la IA se sostiene principalmente en patrones probables, limitando la creatividad genuina emergente de la individualidad.
Este estudio pone en evidencia la dualidad del uso de la IA en la creatividad: si bien puede ser una herramienta de inspiración y mejora para escritores menos experimentados, su abuso podría resultar en una pérdida de diversidad y originalidad en la narrativa literaria. El 58% de los evaluadores del estudio considera que es ético emplear la IA en la creación literaria, pero solo el 20% aprueba su uso sin reconocimiento.