El descubrimiento de una hiena manchada (Crocuta crocuta) en Egipto ha causado gran revuelo en la comunidad científica, dado que esta especie no había sido registrada en el país en más de 5,000 años. El ejemplar fue avistado en febrero de 2024 en Wadi Yahmib, dentro del área protegida de Elba, a unos 30 kilómetros de la frontera con Sudán, colocando su presencia 500 kilómetros al norte de su rango conocido en aquel país. La hiena manchada es una de las especies más duraderas de la familia Hyaenidae, con fósiles que datan de hace más de 2,5 millones de años, lo que la convierte en un testigo viviente de los cambios mundiales a lo largo de eras geológicas.
El hallazgo ocurrió después de que la hiena atacara y matara a dos cabras propiedad de pastores locales. Este incidente provocó una movilización de los pobladores, quienes utilizaron sus habilidades tradicionales de rastreo para localizar al animal. Finalmente, el 24 de febrero de 2024, la hiena fue atropellada intencionalmente con una camioneta, vista por los lugareños como una amenaza para su subsistencia debido a la dependencia económica de su ganado.
Desde el punto de vista ecológico, los científicos explican que este fenómeno podría estar relacionado con un ciclo climático regional reciente. En los últimos cinco años, se ha registrado un incremento en las lluvias y en el crecimiento de la vegetación en la región del área protegida de Elba. Un análisis basado en el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) de datos satelitales recopilados entre 1984 y 2022 evidencia un aumento significativo en los valores de vegetación, lo que sugiere un posible aumento en la disponibilidad de presas que podría haber permitido el desplazamiento de la hiena hacia el norte.
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Además, los expertos han señalado que actividades humanas, como la existencia de un matadero en la localidad de Shalatin, cercana al área protegida de Elba, pudieron haber actuado como un atractivo para la hiena, dado que estos animales se sienten fuertemente atraídos por residuos alimenticios de origen humano. No obstante, el conflicto humano-fauna quedó al descubierto al observar cómo los pastores locales, dependientes de su ganado para la subsistencia, reaccionaron eliminando al animal.
El avistamiento y las circunstancias que lo rodean fueron documentados en un artículo de la revista científica Mammalia. Este estudio analiza no solo las implicaciones ecológicas del regreso de esta especie a Egipto, sino también las posibles causas que favorecieron su aparición, tales como el cambio climático y la inestabilidad política en Sudán, que pudieron influir en la redistribución de este ejemplar hacia territorio egipcio. Además, el hallazgo cuestiona lo que se asumía tradicionalmente sobre la distribución histórica de la hiena manchada en África del Norte.
Cabe recordar que las hienas manchadas son depredadores extraordinariamente adaptables, capaces de moverse individualmente o en grupos y de recorrer hasta 27 kilómetros en un solo día. Su extinción en Egipto había sido atribuida al cambio climático que ocurrió hace 5,000 años, el cual convirtió grandes extensiones del territorio en áreas demasiado áridas para sustentar a las presas de las que dependían.
Este caso plantea cuestionamientos sobre cómo manejar conflictos entre humanos y fauna en contextos de cambio ambiental acelerado. La muerte de este ejemplar ilustra tanto el valor científico de un inusual avistamiento como las dificultades de convivencia entre comunidades locales y especies salvajes en áreas de recursos limitados.