La Nueva EPS, la entidad de aseguramiento en salud más grande de Colombia con 10,9 millones de afiliados, enfrenta una compleja situación financiera y administrativa. Según un informe presentado por Bernardo Camacho, interventor de la empresa, se han acumulado más de 12 millones de facturas radicadas pero no procesadas, que representan un costo aproximado de 4,3 billones de pesos, lo que supone un grave rezago financiero.
Entre las causas principales de esta acumulación, el interventor destacó problemas estructurales arrastrados desde administraciones anteriores. En una práctica identificada como deficiente, se evidenció que los pagos a las instituciones prestadoras de servicios (IPS) se realizaban basándose en promedios mensuales en lugar de facturas procesadas, lo que llevó a una discordancia entre los servicios prestados y los pagos realizados. Este enfoque no solo afectó el flujo de recursos, sino que también complicó las relaciones con las IPS y debilitó la estabilidad financiera de la EPS.
Adicionalmente, el sistema informático utilizado para el procesamiento de las facturas fue señalado como obsoleto, con métodos en su mayoría manuales que comprometieron la integridad y eficiencia de la información procesada. Ante esta situación, la Superintendencia Nacional de Salud anunció que se encuentra en marcha la contratación e implementación de una nueva plataforma tecnológica. Esta herramienta aprovechará recursos avanzados como robótica, ciencia de datos e inteligencia artificial, con el objetivo de optimizar tanto la radicación como la auditoría de las facturas médicas, para garantizar mayor transparencia y efectividad en la operación.
El presidente Gustavo Petro subrayó que los problemas de la Nueva EPS son de carácter estructural y datan al menos desde 2019, señalando la ineficiencia de la junta directiva en ese momento. Asimismo, la Superintendencia determinó que la intervención de la entidad, establecida inicialmente para resolver las irregularidades, se extenderá por un período adicional de un año. La medida busca abordar los incumplimientos normativos y las deficiencias financieras persistentes, mientras se fortalecen los procesos de la EPS con las reformas necesarias.
Estos problemas administrativos y tecnológicos han generado inquietud respecto a la capacidad de la Nueva EPS para satisfacer adecuadamente las necesidades de salud de sus afiliados, especialmente considerando su enorme base de usuarios, que representa a casi la quinta parte de la población del país. El éxito de las medidas implementadas, como el despliegue de la nueva herramienta tecnológica, será decisivo para garantizar la sostenibilidad de la entidad y la calidad de los servicios que ofrece.
La Nueva EPS actualmente gestiona la cobertura de salud para más personas que la población total de algunas ciudades enteras del país, como Bogotá, que cuenta con 7,9 millones de habitantes, lo que resalta la magnitud y complejidad de su operación.