El pasado jueves, instituciones financieras como Morgan Stanley realizaron la venta de 4.700 millones de dólares en deuda de la compañía de redes sociales X, superando los 3.000 millones de dólares inicialmente previstos. Este movimiento refleja una renovada confianza de los inversores en la empresa, impulsada por factores financieros y políticos.
Cuando Elon Musk adquirió X en 2022 a un costo de 44.000 millones de dólares, más de una cuarta parte de dicha cifra se financió con préstamos proporcionados por bancos como Morgan Stanley. Sin embargo, las entidades bancarias enfrentaron dificultades para deshacerse de la deuda debido al escepticismo de los inversores, motivado en gran parte por la crisis operativa que atravesaba la red social. Ahora, este panorama ha cambiado drásticamente gracias a una combinación de factores.
El nuevo papel de Musk como asesor cercano del presidente Donald Trump y líder de una iniciativa de eficiencia gubernamental ha sido clave para modificar la percepción de los inversores. La red social X ha emergido como una herramienta preferida para anunciar información sobre la administración, algo que Musk comparte frecuentemente en su cuenta a la que siguen más de 217 millones de personas.
El cambio en el apetito financiero hacia la deuda de X resultó evidente en la reciente oleada de ventas. En la última semana, los bancos comercializaron 5.500 millones de dólares en deuda a un pequeño grupo de inversores, mientras Diameter Capital Partners adquirió 1.000 millones más. Estos movimientos reducen los pasivos que permanecen en manos de las entidades financieras a aproximadamente 1.000 millones de dólares, una notable diferencia respecto a los 12.500 millones originalmente existentes al momento de la compra.
Entre las razones que motivaron esta renovada confianza se encuentran el aumento del 40% en los ingresos anuales registrado en 2023 respecto al año anterior y el regreso de importantes anunciantes como Amazon y Apple. Según fuentes internas de la empresa, los ingresos de X en diciembre escalaron un 21% en comparación con el mes anterior. Asimismo, la introducción de un servicio premium de suscripción y los pagos recibidos de xAI, la empresa de inteligencia artificial de Musk, por la licencia de datos de la red social, han incrementado los ingresos.
La notable disminución en los costos operativos de X, lograda tras reducir más del 80% de su plantilla, también generó optimismo entre los inversores. La compañía incluso proyectó ingresos publicitarios específicos por 7,9 millones de dólares durante el pasado Super Bowl, ligeramente por encima de los 7,2 millones previstos para el año 2024.
Algunos anunciantes, aunque menos reticentes a regresar, expresaron inquietudes derivadas de posibles represalias por parte de Musk o de reacciones adversas de grupos sociales. En 2023, Musk demandó a varias marcas y a la Alianza Global para Medios Responsables (GARM), organización acusada de liderar un supuesto boicot contra X. Poco después, GARM se disolvió, pero el litigio continúa involucrando a otras empresas, como Lego y Shell.
Los beneficios de la reciente venta de deuda también se extienden a los bancos que enfrentaron pérdidas del 10 al 20% al intentar transferir estos activos hace tan solo dos meses. Para Musk, las perspectivas mejoradas de X, junto con la sinergia en sus otros negocios como Tesla y SpaceX, refuerzan su posición económica y política en un contexto donde tanto él como sus empresas se ven beneficiados por su relación estrecha con la Casa Blanca.
A pesar de los ambiciosos avances, la transacción ha suscitado preguntas y preocupaciones sobre el vínculo entre Musk y Trump, las influencias políticas y la potencial utilización de resultados favorables para fines empresariales. Ni X ni Morgan Stanley han emitido declaraciones oficiales hasta ahora.