El Papa Francisco fue hospitalizado el pasado 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma, tras experimentar más de una semana de síntomas relacionados con la bronquitis. Posteriormente, los médicos diagnosticaron una infección respiratoria que evolucionó a neumonía bilateral, lo que ha requerido un tratamiento intensivo y un cuidado constante.
Según el doctor Sergio Alfieri, cirujano general a cargo de su cuidado, el pontífice aún no está fuera de peligro debido a la gravedad de la enfermedad. Sin embargo, su condición es actualmente estable. El doctor destacó que el Papa enfrenta estos desafíos con plena conciencia de su situación crítica, pero no presenta signos de sepsis y respira espontáneamente. En momentos necesarios, utiliza una cánula nasal para complementar el oxígeno, aunque se alimenta por sí mismo y no está conectado a maquinaria.
Como medida cautelar, el hospital ha decidido que el Papa Francisco continuará recibiendo tratamiento médico intensivo durante al menos una semana más, para evitar posibles recaídas y reducir riesgos de complicaciones. Se ha informado que el pontífice está siendo tratado con un "cargamento significativo" de medicamentos para combatir la infección, y los médicos han sido categóricos al señalar que no debe ser dado de alta hasta que su recuperación sea completa, debido a la posibilidad de que retome exigentes actividades inmediatamente al regresar a casa.
La salud del Papa Francisco ya era un tema delicado antes de la hospitalización. A lo largo de los últimos años, ha enfrentado diversos problemas médicos, como la necesidad de una operación de colon en junio de 2021 y una hospitalización anterior por neumonía en marzo de 2023. Además, debido a problemas de ciática y rodilla, es común verlo en silla de ruedas o utilizando un bastón para movilizarse.
Pese a sus problemas de salud, el Papa mantuvo una agenda intensa, especialmente relacionada con los preparativos para el próximo año jubilar católico. Esto ha intensificado la presión sobre su estado físico, lo que podría haber contribuido a su vulnerabilidad frente a infecciones respiratorias graves.
Los médicos destacaron que, aunque no hay signos inmediatos de empeoramiento crítico, el riesgo de que la neumonía bilateral se complique siempre permanece presente, especialmente dada su edad avanzada y su condición médica previa. La situación está siendo monitoreada cuidadosamente, y el equipo médico ajusta el tratamiento según el progreso diario del pontífice. El Papa Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio, es el primer pontífice de origen latinoamericano y ha desempeñado su rol en el Vaticano desde marzo de 2013. A pesar de su avanzada edad y problemas de salud, sigue manteniendo una agenda sumamente activa que incluye encuentros con líderes mundiales, eventos religiosos globales y la preparación de importantes eventos católicos como el año jubilar.