EconomÍa

CopenHill: Revolución Verde con Esquí Sobre la Planta de Energía más Limpia de Copenhague

En Copenhague, Dinamarca, se erige CopenHill, una planta de energía de residuos a energía que redefine el concepto de sostenibilidad. Con una pista de esquí en su azotea, esta instalación no solo es un hito arquitectónico sino también un modelo de innovación energética y compromiso ambiental.

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CopenHill: Revolución Verde con Esquí Sobre la Planta de Energía más Limpia de Copenhague

En Copenhague, Dinamarca, se erige CopenHill, una planta de energía de residuos a energía que redefine el concepto de sostenibilidad. Con una pista de esquí en su azotea, esta instalación no solo es un hito arquitectónico sino también un modelo de innovación energética y compromiso ambiental.

"Como planta de energía, CopenHill es tan limpia que hemos podido convertir su masa de edificio en el lecho de roca de la vida social de la ciudad"

- Bjarke Ingels, fundador de BIG.

25/2/2024

CopenHill, conocida también como Amager Bakke, es una manifestación de cómo la arquitectura y la ingeniería pueden fusionarse para crear soluciones sostenibles que benefician tanto al medio ambiente como a la comunidad. Diseñada por el renombrado grupo de arquitectos BIG (Bjarke Ingels Group), esta planta de energía de residuos a energía no solo se destaca por su capacidad de convertir 440,000 toneladas de residuos en energía limpia anualmente, sino también por su inclusión de una pista de esquí artificial abierta todo el año, senderos para caminatas y la pared de escalada artificial más alta del mundo en su fachada.

La visión detrás de CopenHill era clara: demostrar que la sostenibilidad puede ir de la mano con el hedonismo, es decir, que una ciudad sostenible no solo es mejor para el medio ambiente, sino que también mejora la calidad de vida de sus ciudadanos. Este proyecto no solo trata de tratar los residuos y generar energía de manera eficiente, sino también de ofrecer nuevas áreas recreativas para la ciudad, integrando la planta de energía dentro del tejido social y urbano de Copenhague.

La construcción de CopenHill fue un desafío de ingeniería y diseño, con el objetivo de hacer de Copenhague la primera ciudad carbono neutral del mundo para 2025. Su diseño innovador incluye una fachada de ladrillos de aluminio apilados que no solo es estéticamente agradable sino que también cumple con una función crucial: ocultar y, al mismo tiempo, integrar una planta de energía en el paisaje urbano. Dentro de la planta, la tecnología de tratamiento de residuos y producción de energía es de última generación, lo que permite no solo la incineración de residuos sino también la producción de electricidad y calefacción distrital para 150,000 hogares anualmente.

CopenHill es un ejemplo emblemático de sostenibilidad hedonista, un término acuñado por BIG, que refleja la idea de que las estructuras y soluciones sostenibles pueden y deben ser diseñadas para el disfrute humano y el beneficio ambiental. Este proyecto no solo ha transformado la forma en que pensamos sobre las plantas de energía y la gestión de residuos, sino que también ha creado un nuevo punto de referencia para la arquitectura sostenible y la integración de infraestructuras públicas con espacios recreativos.

Algo Curioso
CopenHill es también el hogar de la primera pista de esquí urbana del mundo situada en el techo de una planta de energía, un concepto que ha capturado la imaginación de personas de todo el mundo y ha establecido un precedente para el diseño urbano sostenible.

Una Fusión de Tecnología Avanzada y Espacios Públicos

La planta CopenHill no solo es una maravilla arquitectónica por su diseño único, sino también un prodigio de la ingeniería moderna. Equipada con tecnología de vanguardia, la instalación es capaz de incinerar 440,000 toneladas de residuos al año, transformándolos en energía limpia. Esta capacidad se traduce en la producción de 63 MWh de electricidad y el suministro de calefacción distrital para aproximadamente 150,000 hogares en Copenhague, marcando un hito en la gestión de residuos y la producción de energía sostenible.

El diseño innovador de CopenHill incorpora una fachada compuesta por ladrillos de aluminio de 1.2 metros de altura y 3.3 metros de ancho, apilados como gigantescos bloques. Esta elección no solo cumple con una función estética, sino que también es parte integral de la eficiencia energética del edificio, permitiendo la ventilación natural y contribuyendo a la sostenibilidad del proyecto. Además, la planta está equipada con un sistema de tratamiento de emisiones que minimiza la liberación de contaminantes al aire, asegurando que su operación sea lo más limpia posible.

Dentro de CopenHill, la maquinaria y los procesos de tratamiento de residuos están meticulosamente organizados para optimizar tanto la producción de energía como el espacio. Esta organización no solo facilita una operación eficiente sino que también permite la existencia de la pista de esquí en la azotea, un ejemplo claro de cómo la funcionalidad y el ocio pueden coexistir armoniosamente. La pista de esquí, de 400 metros de longitud, ofrece a los visitantes una experiencia única, permitiéndoles esquiar sobre el techo de una planta de energía, una hazaña que antes se consideraba imposible.

Además de la pista de esquí, CopenHill alberga otras instalaciones recreativas, incluyendo un muro de escalada de 85 metros de altura, el más alto del mundo en su categoría, y un parque de aventuras con senderos para caminatas y áreas de ejercicio. Estas instalaciones no solo atraen a turistas y residentes locales sino que también sirven como un recordatorio tangible de lo que es posible lograr cuando la innovación y la sostenibilidad se toman como principios fundamentales en el desarrollo urbano.

Impacto Ambiental y Educativo: Más Allá de la Energía Limpia

CopenHill no solo se destaca por su innovación en la gestión de residuos y la producción de energía limpia, sino también por su compromiso con la educación ambiental y el impacto social. La planta incluye un centro educativo de 600 metros cuadrados dedicado a informar al público sobre los procesos de tratamiento de residuos y la importancia de la sostenibilidad. Este espacio alberga talleres, conferencias y visitas guiadas, diseñados para fomentar una comprensión más profunda de la energía sostenible y las prácticas ambientales responsables entre los ciudadanos de todas las edades.

Además del centro educativo, CopenHill ha sido diseñado con un enfoque en la biodiversidad y la sostenibilidad ecológica. La "montaña" artificial no solo proporciona un nuevo hábitat para la flora y fauna locales sino que también incluye un jardín en la azotea diseñado por SLA Architects. Este jardín no solo ayuda a absorber el calor, sino que también filtra partículas nocivas del aire y gestiona el agua de lluvia, reduciendo el escurrimiento y promoviendo la sostenibilidad del agua. Este enfoque multifacético hacia la sostenibilidad demuestra cómo CopenHill va más allá de su función principal como planta de energía, contribuyendo significativamente al ecosistema urbano de Copenhague.

La integración de CopenHill en la comunidad local ha sido un éxito rotundo, convirtiéndose en un punto de encuentro para los residentes y un símbolo de orgullo para la ciudad. La instalación no solo ha transformado un proceso industrial —la conversión de residuos en energía— en una actividad social y recreativa, sino que también ha establecido un nuevo estándar para el diseño de infraestructuras públicas. La capacidad de la planta para servir simultáneamente como una instalación de energía limpia y un centro de recreación y educación subraya el potencial de las ciudades modernas para innovar en pro del bienestar ambiental y comunitario.

"Como planta de energía, CopenHill es tan limpia que hemos podido convertir su masa de edificio en el lecho de roca de la vida social de la ciudad"

- Bjarke Ingels, fundador de BIG.

Feb 25, 2024
Colglobal News

CopenHill, conocida también como Amager Bakke, es una manifestación de cómo la arquitectura y la ingeniería pueden fusionarse para crear soluciones sostenibles que benefician tanto al medio ambiente como a la comunidad. Diseñada por el renombrado grupo de arquitectos BIG (Bjarke Ingels Group), esta planta de energía de residuos a energía no solo se destaca por su capacidad de convertir 440,000 toneladas de residuos en energía limpia anualmente, sino también por su inclusión de una pista de esquí artificial abierta todo el año, senderos para caminatas y la pared de escalada artificial más alta del mundo en su fachada.

La visión detrás de CopenHill era clara: demostrar que la sostenibilidad puede ir de la mano con el hedonismo, es decir, que una ciudad sostenible no solo es mejor para el medio ambiente, sino que también mejora la calidad de vida de sus ciudadanos. Este proyecto no solo trata de tratar los residuos y generar energía de manera eficiente, sino también de ofrecer nuevas áreas recreativas para la ciudad, integrando la planta de energía dentro del tejido social y urbano de Copenhague.

La construcción de CopenHill fue un desafío de ingeniería y diseño, con el objetivo de hacer de Copenhague la primera ciudad carbono neutral del mundo para 2025. Su diseño innovador incluye una fachada de ladrillos de aluminio apilados que no solo es estéticamente agradable sino que también cumple con una función crucial: ocultar y, al mismo tiempo, integrar una planta de energía en el paisaje urbano. Dentro de la planta, la tecnología de tratamiento de residuos y producción de energía es de última generación, lo que permite no solo la incineración de residuos sino también la producción de electricidad y calefacción distrital para 150,000 hogares anualmente.

CopenHill es un ejemplo emblemático de sostenibilidad hedonista, un término acuñado por BIG, que refleja la idea de que las estructuras y soluciones sostenibles pueden y deben ser diseñadas para el disfrute humano y el beneficio ambiental. Este proyecto no solo ha transformado la forma en que pensamos sobre las plantas de energía y la gestión de residuos, sino que también ha creado un nuevo punto de referencia para la arquitectura sostenible y la integración de infraestructuras públicas con espacios recreativos.

CopenHill, conocida también como Amager Bakke, es una manifestación de cómo la arquitectura y la ingeniería pueden fusionarse para crear soluciones sostenibles que benefician tanto al medio ambiente como a la comunidad. Diseñada por el renombrado grupo de arquitectos BIG (Bjarke Ingels Group), esta planta de energía de residuos a energía no solo se destaca por su capacidad de convertir 440,000 toneladas de residuos en energía limpia anualmente, sino también por su inclusión de una pista de esquí artificial abierta todo el año, senderos para caminatas y la pared de escalada artificial más alta del mundo en su fachada.

La visión detrás de CopenHill era clara: demostrar que la sostenibilidad puede ir de la mano con el hedonismo, es decir, que una ciudad sostenible no solo es mejor para el medio ambiente, sino que también mejora la calidad de vida de sus ciudadanos. Este proyecto no solo trata de tratar los residuos y generar energía de manera eficiente, sino también de ofrecer nuevas áreas recreativas para la ciudad, integrando la planta de energía dentro del tejido social y urbano de Copenhague.

La construcción de CopenHill fue un desafío de ingeniería y diseño, con el objetivo de hacer de Copenhague la primera ciudad carbono neutral del mundo para 2025. Su diseño innovador incluye una fachada de ladrillos de aluminio apilados que no solo es estéticamente agradable sino que también cumple con una función crucial: ocultar y, al mismo tiempo, integrar una planta de energía en el paisaje urbano. Dentro de la planta, la tecnología de tratamiento de residuos y producción de energía es de última generación, lo que permite no solo la incineración de residuos sino también la producción de electricidad y calefacción distrital para 150,000 hogares anualmente.

CopenHill es un ejemplo emblemático de sostenibilidad hedonista, un término acuñado por BIG, que refleja la idea de que las estructuras y soluciones sostenibles pueden y deben ser diseñadas para el disfrute humano y el beneficio ambiental. Este proyecto no solo ha transformado la forma en que pensamos sobre las plantas de energía y la gestión de residuos, sino que también ha creado un nuevo punto de referencia para la arquitectura sostenible y la integración de infraestructuras públicas con espacios recreativos.

Algo Curioso
CopenHill es también el hogar de la primera pista de esquí urbana del mundo situada en el techo de una planta de energía, un concepto que ha capturado la imaginación de personas de todo el mundo y ha establecido un precedente para el diseño urbano sostenible.

Una Fusión de Tecnología Avanzada y Espacios Públicos

La planta CopenHill no solo es una maravilla arquitectónica por su diseño único, sino también un prodigio de la ingeniería moderna. Equipada con tecnología de vanguardia, la instalación es capaz de incinerar 440,000 toneladas de residuos al año, transformándolos en energía limpia. Esta capacidad se traduce en la producción de 63 MWh de electricidad y el suministro de calefacción distrital para aproximadamente 150,000 hogares en Copenhague, marcando un hito en la gestión de residuos y la producción de energía sostenible.

El diseño innovador de CopenHill incorpora una fachada compuesta por ladrillos de aluminio de 1.2 metros de altura y 3.3 metros de ancho, apilados como gigantescos bloques. Esta elección no solo cumple con una función estética, sino que también es parte integral de la eficiencia energética del edificio, permitiendo la ventilación natural y contribuyendo a la sostenibilidad del proyecto. Además, la planta está equipada con un sistema de tratamiento de emisiones que minimiza la liberación de contaminantes al aire, asegurando que su operación sea lo más limpia posible.

Dentro de CopenHill, la maquinaria y los procesos de tratamiento de residuos están meticulosamente organizados para optimizar tanto la producción de energía como el espacio. Esta organización no solo facilita una operación eficiente sino que también permite la existencia de la pista de esquí en la azotea, un ejemplo claro de cómo la funcionalidad y el ocio pueden coexistir armoniosamente. La pista de esquí, de 400 metros de longitud, ofrece a los visitantes una experiencia única, permitiéndoles esquiar sobre el techo de una planta de energía, una hazaña que antes se consideraba imposible.

Además de la pista de esquí, CopenHill alberga otras instalaciones recreativas, incluyendo un muro de escalada de 85 metros de altura, el más alto del mundo en su categoría, y un parque de aventuras con senderos para caminatas y áreas de ejercicio. Estas instalaciones no solo atraen a turistas y residentes locales sino que también sirven como un recordatorio tangible de lo que es posible lograr cuando la innovación y la sostenibilidad se toman como principios fundamentales en el desarrollo urbano.

Impacto Ambiental y Educativo: Más Allá de la Energía Limpia

CopenHill no solo se destaca por su innovación en la gestión de residuos y la producción de energía limpia, sino también por su compromiso con la educación ambiental y el impacto social. La planta incluye un centro educativo de 600 metros cuadrados dedicado a informar al público sobre los procesos de tratamiento de residuos y la importancia de la sostenibilidad. Este espacio alberga talleres, conferencias y visitas guiadas, diseñados para fomentar una comprensión más profunda de la energía sostenible y las prácticas ambientales responsables entre los ciudadanos de todas las edades.

Además del centro educativo, CopenHill ha sido diseñado con un enfoque en la biodiversidad y la sostenibilidad ecológica. La "montaña" artificial no solo proporciona un nuevo hábitat para la flora y fauna locales sino que también incluye un jardín en la azotea diseñado por SLA Architects. Este jardín no solo ayuda a absorber el calor, sino que también filtra partículas nocivas del aire y gestiona el agua de lluvia, reduciendo el escurrimiento y promoviendo la sostenibilidad del agua. Este enfoque multifacético hacia la sostenibilidad demuestra cómo CopenHill va más allá de su función principal como planta de energía, contribuyendo significativamente al ecosistema urbano de Copenhague.

La integración de CopenHill en la comunidad local ha sido un éxito rotundo, convirtiéndose en un punto de encuentro para los residentes y un símbolo de orgullo para la ciudad. La instalación no solo ha transformado un proceso industrial —la conversión de residuos en energía— en una actividad social y recreativa, sino que también ha establecido un nuevo estándar para el diseño de infraestructuras públicas. La capacidad de la planta para servir simultáneamente como una instalación de energía limpia y un centro de recreación y educación subraya el potencial de las ciudades modernas para innovar en pro del bienestar ambiental y comunitario.

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