En abril de 2024, las temperaturas globales marcaron un récord histórico al ser el abril más cálido registrado desde el inicio de los registros en 1850. Este mes fue el undécimo consecutivo en presentar temperaturas récord, reafirmando una tendencia de calentamiento sin precedentes. La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) reportó que las temperaturas del mes pasado fueron 1.55 grados Celsius más altas que el promedio del período 1880-1899, sobrepasando el récord anterior en 0.19 grados Celsius.
Las temperaturas récord no solo se limitaron a las tierras emergidas, sino que también se registraron en los océanos, que experimentaron su temperatura más alta por décimo tercer mes consecutivo. Agencias climáticas globales como la Agencia Meteorológica de Japón, Berkeley Earth, y el Servicio de Cambio Climático Copernicus de Europa corroboraron estos registros, enfatizando la magnitud del fenómeno. Además, según la Universidad de Alabama en Huntsville (UAH), abril de 2024 fue el mes más anómalo en términos de temperatura jamás registrado.
El calentamiento global ha sido señalado como el principal motor detrás de estos récords de temperatura, con el debilitamiento progresivo del fenómeno El Niño durante abril. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) predice una probabilidad del 61% de que 2024 termine como el año más cálido registrado hasta ahora. Adicionalmente, la concentración media global de dióxido de carbono incrementó en 4.7 partes por millón en comparación con marzo de 2023, marcando el mayor aumento anual jamás registrado.
La ola de calor ha tenido efectos devastadores a nivel global. En los Estados Unidos, se han registrado siete desastres climáticos valorados en mil millones de dólares hasta el 11 de abril, con numerosos eventos adversos ocurriendo en otras partes del mundo. En África Oriental y Pakistán, dos de los desastres climáticos más mortales de abril resultaron en una significativa pérdida de vidas.