Un estudio clínico reciente ha revelado que la digoxina, un medicamento derivado de la planta digital y empleado habitualmente en el manejo de enfermedades cardíacas, tiene el potencial de reducir el riesgo de metástasis en pacientes con cáncer de mama. Este importante avance fue logrado por un equipo de investigadores del ETH Zurich en colaboración con varios centros hospitalarios en Suiza, y publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine.
La investigación partió de un análisis exhaustivo realizado en 2019, en el cual fueron examinadas más de 2,400 sustancias en cultivos celulares. La digoxina destacó entre ellas debido a su capacidad para atacar de manera efectiva a las células tumorales circulantes (CTCs), las cuales se desprenden de los tumores primarios y desempeñan un papel crucial en la formación de nuevos tumores en distintos órganos del cuerpo.
Durante la fase clínica del estudio, los investigadores trabajaron con un grupo de 11 pacientes diagnosticadas con cáncer de mama metastásico. De estas, 9 recibieron dosis bajas de digoxina (entre 0.125 y 0.250 mg por día) durante el transcurso de una semana. Los resultados indicaron que el tamaño promedio de los clústeres de CTCs disminuyó significativamente, pasando de un promedio de 4 células por grupo a una reducción media de 2.2 células. Esto representó una diferencia estadísticamente significativa (p < 0.0032). Por el contrario, en un grupo de control que no fue tratado con la sustancia, no se observaron cambios en el tamaño de los clústeres.
El mecanismo de acción mediante el cual la digoxina ejerce este efecto se basa en bloquear las bombas de sodio-potasio (Na+/K+ ATPase) presentes en las membranas celulares tumorales. Esto conduce a un aumento en la absorción de calcio por parte de las células cancerosas, debilitando la cohesión entre ellas y causando que los clústeres se desintegren, lo que a su vez limita su capacidad de propagarse.
La seguridad del tratamiento fue otro de los aspectos destacados del estudio. Las participantes toleraron bien la digoxina y no reportaron efectos secundarios graves asociados al uso del medicamento, lo cual es fundamental para su posible incorporación en regímenes terapéuticos combinados.
Los autores del estudio consideran que la digoxina podría emplearse de forma complementaria a otros tratamientos estándar, como la quimioterapia y la radioterapia, con el objetivo de atacar tanto el tumor primario como las células propensas a metastatizar.
El impacto de este descubrimiento trasciende el cáncer de mama. Los investigadores planean diseñar nuevas moléculas basadas en la digoxina que podrían optimizar aún más su eficacia, y contemplan ampliar el alcance del estudio a otros tipos de cáncer con alta propensión a la metástasis.