Un extenso estudio elaborado por investigadores en Dinamarca ha arrojado nuevas luces sobre la relación entre la calidad del esperma y la longevidad en los hombres. Entre 1965 y 2015, se tomaron muestras de semen de 79,582 hombres que buscaban atención por problemas de fertilidad. Tras recolectar y analizar los datos, los investigadores hallaron una conexión significativa entre la calidad del semen y la esperanza de vida, un vínculo que, según los expertos, puede reflejar la salud general de los hombres.
El estudio, cuyos resultados se publicaron en la prestigiosa revista científica Human Reproduction, estableció que los hombres capaces de producir más de 120 millones de espermatozoides móviles por eyaculación vivían entre 2 y 3 años más en promedio en comparación con aquellos con menos de 5 millones de espermatozoides móviles. Este hallazgo fue respaldado por datos sobre la esperanza de vida: mientras los hombres con semen de baja calidad tenían una esperanza promedio de 77.6 años, los que demostraban niveles altos en calidad del semen alcanzaban los 80.3 años.
Durante el seguimiento de este grupo a lo largo de cinco décadas, se registraron 8,600 fallecimientos, lo que corresponde al 11% de la muestra total. La calidad del esperma fue medida utilizando parámetros como el volumen de semen, la concentración de espermatozoides, la morfología de los mismos y la proporción de espermatozoides móviles.
El estudio resaltó que estas diferencias en longevidad no se explicaban por variables como enfermedades diagnosticadas hasta una década antes de la evaluación o factores socioeconómicos, como el nivel educativo. Este último, a menudo relacionado con el estilo de vida y el acceso a cuidados médicos, no tuvo impacto en los resultados observados. Los hallazgos refuerzan la idea de que la salud reproductiva masculina es un reflejo fiel de la salud general, incluyendo susceptibilidades a enfermedades crónicas.
El Prof. John Aitken, biólogo reproductivo, subrayó que el semen podría ser un biomarcador de la salud general masculina, aunque enfatizó que comprender los mecanismos exactos detrás de esta relación requiere investigaciones adicionales. La hipótesis es apoyada por consideraciones sobre genética y sistema inmunológico. Por ejemplo, variantes genéticas específicas en los cromosomas sexuales podrían influir tanto en la calidad del esperma como en la predisposición a enfermedades.
Un editorial relacionado publicado también en Human Reproduction amplió los hallazgos, señalando que la prevalencia de contaminantes ambientales y hábitos de vida como el tabaquismo podría afectar no solo la calidad del semen, sino también la longevidad en general. Además, destacó que, en promedio, las mujeres superan la esperanza de vida masculina por aproximadamente 5 años, lo que puede estar relacionado con un sistema inmunológico más robusto y factores hormonales.
Estos descubrimientos han despertado gran interés no solo en el campo de la biología reproductiva, sino también en la salud pública y la medicina preventiva, al sugerir que las pruebas estándar de semen pueden ofrecer pistas sobre la salud completa de un individuo. Los resultados del estudio abren caminos prometedores para nuevas investigaciones sobre cómo proteger y mejorar tanto la salud reproductiva como la longevidad.
El análisis de semen es una práctica común en clínicas de fertilidad, pero esta es una de las primeras veces que se vincula directamente su calidad con la expectativa de vida.