Un reciente y curioso comportamiento de los pulpos de líneas azules (Hapalochlaena fasciata) ha sido revelado en un estudio liderado por el Dr. Wen-Sung Chung, de la Universidad de Queensland. Durante el apareamiento, los machos de esta especie de cefalópodo inyectan tetrodotoxina (TTX) en las hembras mediante un mordisco preciso que les paraliza temporalmente, una estrategia para evitar ser devorados mientras intentan asegurar la transferencia de sus genes a la siguiente generación.
El acto comienza cuando el macho muerde a la hembra en la aorta, liberando TTX directamente en su sistema. Esto provoca que las hembras, que pueden ser entre dos y cinco veces más grandes que los machos, dejen de respirar en tan solo ocho minutos aproximadamente, se pongan pálidas y experimenten una falta de respuesta de las pupilas a la luz. A pesar de lo extremo que puede parecer este proceso, las hembras no mueren y comienzan a recuperarse al término del apareamiento, una sesión que dura entre 40 y 75 minutos. De hecho, al día siguiente, las hembras vuelven a su actividad normal, incluyendo su alimentación.

La investigación también reveló que las hembras de esta especie parecen tener una resistencia natural a la tetrodotoxina, lo que les permite sobrevivir a esta inyección letal para la mayoría de las especies, incluido el propio ser humano. Este tipo de interacción entre los sexos ha sido descrito como una "carrera armamentista evolutiva", en la que los machos han desarrollado una herramienta química para minimizar el riesgo de ser devorados dada la gran diferencia de tamaño entre ellos y las hembras.
Los pulpos de líneas azules son animales pequeños, alcanzando alrededor de 15 centímetros de ancho. A pesar de su tamaño diminuto, poseen niveles letales de tetrodotoxina, una neurotoxina capaz de resultar fatal incluso para humanos y otros animales como tortugas marinas. Esta alta toxicidad también está presente en peces globo, otra especie conocida por la presencia de TTX.
El estudio, publicado en la revista Current Biology, destaca también la peculiar estrategia reproductiva de estos cefalópodos: los machos mueren tras la cópula, mientras que las hembras, después de poner sus huevos y presenciar la eclosión de sus larvas, también perecen. Esto resalta el tipo de sacrificio reproductivo que caracteriza a muchas especies de cefalópodos.
El análisis del Dr. Chung evidencia la complejidad de las interacciones evolutivas en este grupo de animales. Este comportamiento demuestra cómo la selección natural ha moldeado estrategias reproductivas únicas en estos cefalópodos, ejemplificando la interacción profundamente intrincada entre biología y evolución.
La tetrodotoxina, utilizada por estos pulpos como herramienta defensiva y reproductiva, es casi 1.200 veces más tóxica que el cianuro y carece de antídoto conocido, lo que la convierte en una de las neurotoxinas más potentes en el mundo animal.