Salud

Estudio revela altos niveles de microplásticos en cerebros humanos, equivalentes al tamaño de una cuchara

Investigadores de la Universidad de Nuevo México han encontrado cantidades preocupantes de microplásticos en tejidos cerebrales y hepáticos humanos, revelando un aumento de hasta diez veces en sus niveles en los últimos ocho años y una posible correlación con enfermedades como la demencia.

Salud

Estudio revela altos niveles de microplásticos en cerebros humanos, equivalentes al tamaño de una cuchara

Investigadores de la Universidad de Nuevo México han encontrado cantidades preocupantes de microplásticos en tejidos cerebrales y hepáticos humanos, revelando un aumento de hasta diez veces en sus niveles en los últimos ocho años y una posible correlación con enfermedades como la demencia.

“Esto nos obliga a reconsiderar nuestra exposición diaria a materiales plásticos y buscar soluciones para limitar su impacto en nuestra salud”

– Sostienen los investigadores de la Universidad de Nuevo México.

9/3/2025

Un reciente estudio dirigido por la Universidad de Nuevo México ha generado alarma tras descubrir altas concentraciones de microplásticos en tejidos humanos, particularmente en el cerebro. Las muestras utilizadas en la investigación incluyeron tejido cerebral y hepático de individuos fallecidos en 2016 y 2024, brindando una perspectiva sobre el rápido incremento de estos contaminantes en el cuerpo humano.

En 2016, se encontraron pequeñas partículas de plástico en los órganos humanos en cantidades preocupantes: 142 microgramos por gramo (µg/g) en el hígado y 465 µg/g en el cerebro. Para tener una idea, esto equivale a unos pocos granos de azúcar en una cucharadita de tejido. Sin embargo, en 2024, estos niveles se dispararon. En el hígado, la cantidad de microplásticos aumentó más de 24 veces, alcanzando 3,420 µg/g, mientras que en el cerebro se multiplicó por diez, llegando a 4,763 µg/g. Esto significa que, en menos de una década, la contaminación por microplásticos en estos órganos se ha vuelto mucho más alarmante.

Otro hallazgo relevante del estudio indica que las personas diagnosticadas con demencia tienen entre tres y cinco veces más microplásticos en sus tejidos cerebrales en comparación con aquellos sin esta condición. Este dato sugiere una posible relación entre la acumulación de microplásticos y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

Los análisis revelaron que la mayor parte de los microplásticos en los tejidos humanos están compuestos de polietileno, un polímero ampliamente presente en productos cotidianos como bolsas y envases. Se identificaron partículas de un tamaño inferior a 200 nanómetros, lo suficientemente pequeñas como para cruzar la barrera hematoencefálica, acumulándose posteriormente en las células inmunitarias y paredes cerebrovasculares.

El comparativo entre órganos expuso que los cerebros acumulan entre siete y treinta veces más microplásticos que órganos como el hígado y los riñones. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon técnicas avanzadas de análisis como la pirólisis gas cromatografía-espectrometría de masas (Py-GC/MS).

El estudio, además, pone énfasis en la necesidad de reducir la exposición personal a microplásticos. Entre las medidas sugeridas por los científicos se incluye evitar bolsas de té fabricadas con plásticos, no calentar alimentos en recipientes plásticos en microondas y preferir agua del grifo sobre agua embotellada, ya que esta última puede multiplicar las partículas ingeridas.

Estos resultados se suman a previas investigaciones que relacionan la presencia de microplásticos con efectos adversos en la salud, como inflamación cerebral y baja fertilidad masculina. Aunque la investigación sobre los riesgos de la "plasticización" en humanos apenas comienza, los especialistas enfatizan que urge comprender completamente sus implicaciones para la salud pública.

Una sola botella de plástico puede liberar hasta 10 millones de micropartículas durante el proceso de consumo, contribuyendo a la exposición humana a microplásticos de manera significativa.

Algo Curioso

“Esto nos obliga a reconsiderar nuestra exposición diaria a materiales plásticos y buscar soluciones para limitar su impacto en nuestra salud”

– Sostienen los investigadores de la Universidad de Nuevo México.

Mar 9, 2025
Colglobal News

Un reciente estudio dirigido por la Universidad de Nuevo México ha generado alarma tras descubrir altas concentraciones de microplásticos en tejidos humanos, particularmente en el cerebro. Las muestras utilizadas en la investigación incluyeron tejido cerebral y hepático de individuos fallecidos en 2016 y 2024, brindando una perspectiva sobre el rápido incremento de estos contaminantes en el cuerpo humano.

En 2016, se encontraron pequeñas partículas de plástico en los órganos humanos en cantidades preocupantes: 142 microgramos por gramo (µg/g) en el hígado y 465 µg/g en el cerebro. Para tener una idea, esto equivale a unos pocos granos de azúcar en una cucharadita de tejido. Sin embargo, en 2024, estos niveles se dispararon. En el hígado, la cantidad de microplásticos aumentó más de 24 veces, alcanzando 3,420 µg/g, mientras que en el cerebro se multiplicó por diez, llegando a 4,763 µg/g. Esto significa que, en menos de una década, la contaminación por microplásticos en estos órganos se ha vuelto mucho más alarmante.

Otro hallazgo relevante del estudio indica que las personas diagnosticadas con demencia tienen entre tres y cinco veces más microplásticos en sus tejidos cerebrales en comparación con aquellos sin esta condición. Este dato sugiere una posible relación entre la acumulación de microplásticos y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

Los análisis revelaron que la mayor parte de los microplásticos en los tejidos humanos están compuestos de polietileno, un polímero ampliamente presente en productos cotidianos como bolsas y envases. Se identificaron partículas de un tamaño inferior a 200 nanómetros, lo suficientemente pequeñas como para cruzar la barrera hematoencefálica, acumulándose posteriormente en las células inmunitarias y paredes cerebrovasculares.

El comparativo entre órganos expuso que los cerebros acumulan entre siete y treinta veces más microplásticos que órganos como el hígado y los riñones. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon técnicas avanzadas de análisis como la pirólisis gas cromatografía-espectrometría de masas (Py-GC/MS).

El estudio, además, pone énfasis en la necesidad de reducir la exposición personal a microplásticos. Entre las medidas sugeridas por los científicos se incluye evitar bolsas de té fabricadas con plásticos, no calentar alimentos en recipientes plásticos en microondas y preferir agua del grifo sobre agua embotellada, ya que esta última puede multiplicar las partículas ingeridas.

Estos resultados se suman a previas investigaciones que relacionan la presencia de microplásticos con efectos adversos en la salud, como inflamación cerebral y baja fertilidad masculina. Aunque la investigación sobre los riesgos de la "plasticización" en humanos apenas comienza, los especialistas enfatizan que urge comprender completamente sus implicaciones para la salud pública.

Una sola botella de plástico puede liberar hasta 10 millones de micropartículas durante el proceso de consumo, contribuyendo a la exposición humana a microplásticos de manera significativa.

Un reciente estudio dirigido por la Universidad de Nuevo México ha generado alarma tras descubrir altas concentraciones de microplásticos en tejidos humanos, particularmente en el cerebro. Las muestras utilizadas en la investigación incluyeron tejido cerebral y hepático de individuos fallecidos en 2016 y 2024, brindando una perspectiva sobre el rápido incremento de estos contaminantes en el cuerpo humano.

En 2016, se encontraron pequeñas partículas de plástico en los órganos humanos en cantidades preocupantes: 142 microgramos por gramo (µg/g) en el hígado y 465 µg/g en el cerebro. Para tener una idea, esto equivale a unos pocos granos de azúcar en una cucharadita de tejido. Sin embargo, en 2024, estos niveles se dispararon. En el hígado, la cantidad de microplásticos aumentó más de 24 veces, alcanzando 3,420 µg/g, mientras que en el cerebro se multiplicó por diez, llegando a 4,763 µg/g. Esto significa que, en menos de una década, la contaminación por microplásticos en estos órganos se ha vuelto mucho más alarmante.

Otro hallazgo relevante del estudio indica que las personas diagnosticadas con demencia tienen entre tres y cinco veces más microplásticos en sus tejidos cerebrales en comparación con aquellos sin esta condición. Este dato sugiere una posible relación entre la acumulación de microplásticos y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

Los análisis revelaron que la mayor parte de los microplásticos en los tejidos humanos están compuestos de polietileno, un polímero ampliamente presente en productos cotidianos como bolsas y envases. Se identificaron partículas de un tamaño inferior a 200 nanómetros, lo suficientemente pequeñas como para cruzar la barrera hematoencefálica, acumulándose posteriormente en las células inmunitarias y paredes cerebrovasculares.

El comparativo entre órganos expuso que los cerebros acumulan entre siete y treinta veces más microplásticos que órganos como el hígado y los riñones. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon técnicas avanzadas de análisis como la pirólisis gas cromatografía-espectrometría de masas (Py-GC/MS).

El estudio, además, pone énfasis en la necesidad de reducir la exposición personal a microplásticos. Entre las medidas sugeridas por los científicos se incluye evitar bolsas de té fabricadas con plásticos, no calentar alimentos en recipientes plásticos en microondas y preferir agua del grifo sobre agua embotellada, ya que esta última puede multiplicar las partículas ingeridas.

Estos resultados se suman a previas investigaciones que relacionan la presencia de microplásticos con efectos adversos en la salud, como inflamación cerebral y baja fertilidad masculina. Aunque la investigación sobre los riesgos de la "plasticización" en humanos apenas comienza, los especialistas enfatizan que urge comprender completamente sus implicaciones para la salud pública.

Una sola botella de plástico puede liberar hasta 10 millones de micropartículas durante el proceso de consumo, contribuyendo a la exposición humana a microplásticos de manera significativa.

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