Un reciente estudio publicado ha revelado que el tiempo parece transcurrir más lentamente para las personas que realizan ejercicio intenso. La investigación, llevada a cabo con 33 adultos físicamente activos, demostró que este fenómeno de distorsión temporal ocurre durante actividades físicas exigentes, independientemente de la presencia de estímulos competitivos.
La metodología incluyó pruebas de ciclismo realizadas en un orden aleatorio bajo tres escenarios: ejercicios individuales, ejercicios acompañados de un avatar pasivo y ejercicios con un avatar activo que simulaba competencia. Durante las sesiones, los participantes tuvieron que estimar intervalos de 30 segundos antes, durante (a los 500 m, 1500 m y 2500 m del recorrido) y después de completar el trayecto de 4 km.
Los resultados mostraron que la percepción del tiempo se alteraba significativamente durante la actividad física, con una sobreestimación del 10% en comparación con el tiempo real. Además, el fenómeno se observó en las tres condiciones —prueba en solitario, con oponente pasivo y con oponente activo— sin diferencias considerables entre ellas. También se registró que la sensación de esfuerzo aumentaba de forma significativa a medida que los participantes avanzaban en las pruebas.
El análisis de rendimiento reveló diferencias en los tiempos de finalización según las condiciones. El menor tiempo de finalización fue alcanzado en la prueba con el oponente activo, con un promedio de 459.28 ± 37.92 segundos, seguido por los ejercicios con el oponente pasivo (467.05 ± 47.98 segundos) y en solitario (470.07 ± 44.83 segundos). Estas diferencias fueron estadísticamente significativas, indicando que la competencia activa podría aumentar el rendimiento.
El informe enfatiza que esta distorsión en la percepción temporal puede tener implicaciones tanto en el rendimiento deportivo como en la toma de decisiones durante actividades que demandan un esfuerzo físico importante. El hallazgo abre nuevas posibilidades para entender cómo el esfuerzo físico altera las funciones cognitivas, aunque se subraya que el efecto no depende estrictamente del entorno competitivo o de la inclusión de elementos virtuales como avatares.
Según los investigadores, este trabajo ofrece una base para futuras exploraciones sobre cómo estos cambios en la percepción podrían aplicarse para mejorar la eficiencia en entrenamientos y competiciones deportivas. Asimismo, podría motivar el análisis en contextos más amplios, incluyendo actividades físicas profesionales y recreativas.
El cerebro puede interpretar el paso del tiempo como más lento cuando la atención aumenta y el cuerpo se encuentra bajo altos niveles de esfuerzo físico, lo que puede explicar parcialmente los resultados del estudio.