Un grupo de investigadores ha restaurado, por primera vez, un ADN mutado a su estado normal, gracias a una terapia génica pionera que corrige directamente los errores en el genoma humano. El avance proviene de un estudio a pequeña escala, llevado a cabo por la empresa Beam Therapeutics, con sede en Cambridge, Massachusetts, y los hallazgos representan un hito fundamental en la ciencia médica.
El ensayo incluyó a nueve pacientes con deficiencia de alfa-1 antitripsina (AATD), una enfermedad genética que ocasiona daños graves en el hígado y los pulmones. Este trastorno, que afecta a unas 100.000 personas en Estados Unidos, principalmente de ascendencia europea, es comparable en prevalencia a la anemia falciforme. Los pacientes con AATD experimentan complicaciones como enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cirrosis debido a una mutación genética que deforma la proteína alfa-1 antitripsina, crucial para la protección pulmonar.
El tratamiento consistió en una única infusión intravenosa de nanopartículas lipídicas, similares en composición a las empleadas en algunas vacunas contra la COVID-19. Estas nanopartículas transportaban un editor genético compuesto por una molécula CRISPR desactivada, que actuaba como un sistema de guía para identificar la letra mutada en el genoma, y una enzima especial para corregirla. Una vez que las partículas alcanzaron el hígado, el editor navegó hasta la mutación entre los tres mil millones de letras del ADN del paciente y reemplazó con éxito la base errónea.
El estudio probó el editor genético en tres niveles de dosis. Aquellos pacientes que recibieron la dosis más alta lograron producir suficientes niveles de la versión normal de la proteína alfa-1 antitripsina, dentro de un rango considerado terapéutico para evitar más daños hepáticos y pulmonares. Según John Evans, CEO de Beam Therapeutics, no se reportaron efectos secundarios significativos en ningún grupo.
Actualmente, la empresa planea expandir el tratamiento a más pacientes, aumentará las dosis en individuos previamente tratados, y explorará el uso de una dosis mayor para probar y mejorar los márgenes de seguridad y efectividad.
El avance ha generado reacciones positivas en la comunidad científica. El Dr. Richard P. Lifton, presidente de la Universidad Rockefeller, describió el procedimiento de Beam como un "santo grial" debido a su enfoque como terapia de una sola aplicación. Por su parte, el Dr. Noel McElvaney, investigador de la Facultad de Cirujanos de Irlanda que participó en el ensayo, destacó que esta innovación ofrece la posibilidad de curar los daños en hígado y pulmones con una única intervención, un avance crucial para pacientes que ya presentan daño significativo en etapas tempranas de la enfermedad.
Aunque el estudio establece nuevas esperanzas, los científicos reconocen la necesidad de monitorear a los pacientes durante largos períodos para confirmar la seguridad y eficacia sostenida del tratamiento.
Este tipo de ingeniería genética representa un enfoque distinto a las terapias actuales, que generalmente incorporan genes nuevos o cortan el ADN para silenciar mutaciones. Según el Dr. Kiran Musunuru, investigador de la Universidad de Pensilvania, este método potencia tratar enfermedades genéticas mediante la reparación precisa y dirigida, marcando un antes y un después en la medicina.
Las posibilidades futuras de esta tecnología son amplias, y expertos como el Dr. Andrew Wilson, de la Fundación Alpha-1, mencionaron que esta técnica concreta un anhelo largamente esperado: una verdadera terapia genética aplicable a una enfermedad devastadora como la AATD.
La técnica utilizada por los científicos detecta errores en letras entre los 3 mil millones de bases del ADN humano, similar al uso de un GPS que corrige defectos en el genoma con precisión extraordinaria, una hazaña inédita en terapia génica.