Un revelador estudio ha puesto de manifiesto el rol indispensable de las ballenas migratorias en la dinámica de los ecosistemas marinos, específicamente a través de la dispersión de nutrientes provenientes de su orina. Se estima que estas especies, incluidas las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), ballenas grises (Eschrichtius robustus) y ballenas de derecho (Eubalaena spp.), transportan cada año aproximadamente 4,000 toneladas de nitrógeno hacia áreas marinas con bajas concentraciones de nutrientes, como los trópicos y los subtrópicos.
La investigación detalla cómo las ballenas recorren distancias de hasta 8,300 kilómetros, migrando anualmente desde regiones polares ricas en recursos, como Alaska, hasta áreas cálidas como las islas Hawái, donde se reproducen. En este trayecto, las ballenas transfieren nitrógeno, fósforo y otros nutrientes vitales, facilitando lo que los científicos han denominado el "gran cinturón de transporte de ballenas". Este proceso de dispersión ocurre principalmente a través de su orina, que está enriquecida en urea, y puede llegar a movilizar una cantidad estimada de 3,800 toneladas de nitrógeno y 46,000 toneladas de biomasa anualmente.
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Los resultados indicaron que la orina de ballena tiene el potencial de duplicar los niveles de nitrógeno en regiones costeras y alrededor de arrecifes, comparándose con los conocidos procesos naturales de afloramiento que nutren las aguas más profundas. Esto tiene implicaciones significativas para la salud de los ecosistemas, ya que beneficia a organismos clave como el fitoplancton, base de las cadenas alimenticias marinas, y a los corales.
En áreas de cría del Océano Pacífico Central, el estudio registró que las ballenas liberan aproximadamente 3,142 kilogramos de nitrógeno diariamente. En el caso de las ballenas que recorren el Golfo de Alaska y pasan inviernos en Hawái, se detectó que la cantidad de nutrientes entregada por las ballenas dobla la aportada por fuerzas locales naturales. Sin embargo, los investigadores destacaron que el impacto de este fenómeno era al menos tres veces mayor antes de la era de la caza comercial de ballenas, actividad que diezmó considerablemente las poblaciones de estos mamíferos marinos.
Aunque el enfoque de esta investigación se centró principalmente en el nitrógeno, los científicos creen que otros elementos esenciales como el fósforo también son distribuidos por las ballenas, lo cual refuerza aún más su importancia en el equilibrio ecológico de los océanos. Este descubrimiento podría ser crucial para diseñar futuras estrategias de conservación que promuevan la recuperación de las poblaciones de ballenas, con miras a restaurar y mantener la salud de los ecosistemas marinos de manera sostenible.
Antes de la era de la caza comercial de ballenas, la cantidad de nutrientes que estos mamíferos transportaban era alrededor de tres veces mayor, lo que subraya la magnitud del impacto humano en los ecosistemas marinos.