Ciencia

Rana asiática Odorrana andersonii: clave en la lucha contra la resistencia a los antibióticos

Científicos han encontrado en las secreciones de la rana Odorrana andersonii, originaria del sur de Asia, un potencial antibiótico que podría revolucionar el combate contra bacterias resistentes a medicamentos existentes, destacando el compuesto Andersonnin-D1 y sus variantes sintéticas.

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Rana asiática Odorrana andersonii: clave en la lucha contra la resistencia a los antibióticos

Científicos han encontrado en las secreciones de la rana Odorrana andersonii, originaria del sur de Asia, un potencial antibiótico que podría revolucionar el combate contra bacterias resistentes a medicamentos existentes, destacando el compuesto Andersonnin-D1 y sus variantes sintéticas.

“Nuestros hallazgos demuestran que los compuestos derivados de ranas pueden ofrecer una solución viable para combatir microorganismos resistentes sin afectar las bacterias intestinales beneficiosas ni las células humanas”

– Expresó Cesar de la Fuente, líder del estudio en la Universidad de Pensilvania.

27/3/2025

Un equipo internacional de investigadores ha identificado un prometedor compuesto antibiótico en las secreciones de la rana Odorrana andersonii, una especie autóctona del sur de Asia, que podría marcar un antes y un después en la lucha contra la resistencia bacteriana. El hallazgo, publicado en la reconocida revista científica Trends in Biotechnology, se centra en un péptido llamado Andersonnin-D1, el cual presenta acción antimicrobiana efectiva contra bacterias gram-negativas, incluyendo Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii y Klebsiella pneumoniae. Estas bacterias se encuentran entre los patógenos que más han desarrollado resistencia en los últimos años, poniendo en jaque a los tratamientos actuales.

Sin embargo, la investigación enfrentó una limitante inicial: la tendencia del compuesto Andersonnin-D1 a formar aglomeraciones que restringen su efectividad clínica. Para superar este obstáculo, los científicos emplearon un método conocido como "diseño guiado por estructura", logrando modificar la estructura química del péptido de manera que se mantuviera estable y funcional.

Las variantes sintéticas de Andersonnin-D1 no solo demostraron ser tan efectivas como antibióticos de última línea como la polimixina B, sino que además presentaron la ventaja de no dañar células humanas ni alterar la microbiota intestinal. A través de pruebas experimentales en cultivos bacterianos simples y entornos bacterianos complejos, estas moléculas evidenciaron su eficacia en condiciones más realistas.

El aspecto más alentador de estos nuevos compuestos es su capacidad para mitigar infecciones bacterianas sin inducir resistencia, incluso después de 30 días de exposición continua en cultivos experimentales. Ensayos adicionales en modelos murinos revelaron que los péptidos sintéticos pueden reducir drásticamente la carga bacteriana en infecciones graves por Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii sin efectos tóxicos observados.

Además de Andersonnin-D1, los investigadores sugieren que otras secreciones antibióticas descubiertas en ranas evolucionaron como mecanismos naturales de defensa ante sus hábitats húmedos. Estas sustancias, cuando son estudiadas y procesadas, podrían usarse para proteger a los humanos contra patógenos resistentes.

Los próximos pasos incluyen pruebas preclínicas y la preparación de solicitudes para estudios de habilitación de nuevos medicamentos (IND, por sus siglas en inglés) con la finalidad de obtener aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en etapas futuras. La investigación fue dirigida por Cesar de la Fuente, profesor asociado de la Universidad de Pensilvania, y ha sido referenciada en múltiples publicaciones académicas, consolidando su relevancia dentro del campo científico.

El descubrimiento de moléculas antimicrobianas derivadas de ranas no solo abre nuevas posibilidades terapéuticas, sino que también subraya la importancia de investigar a fondo los mecanismos naturales de distintas especies como fuentes potenciales de innovación médica.

La rana Odorrana andersonii no solo es reconocida por sus propiedades antibióticas, sino que también es una de las especies que mejor se adapta a ambientes húmedos y adversos, lo que resulta clave para la evolución de sus secreciones químicas.

Algo Curioso

“Nuestros hallazgos demuestran que los compuestos derivados de ranas pueden ofrecer una solución viable para combatir microorganismos resistentes sin afectar las bacterias intestinales beneficiosas ni las células humanas”

– Expresó Cesar de la Fuente, líder del estudio en la Universidad de Pensilvania.

Mar 27, 2025
Colglobal News

Un equipo internacional de investigadores ha identificado un prometedor compuesto antibiótico en las secreciones de la rana Odorrana andersonii, una especie autóctona del sur de Asia, que podría marcar un antes y un después en la lucha contra la resistencia bacteriana. El hallazgo, publicado en la reconocida revista científica Trends in Biotechnology, se centra en un péptido llamado Andersonnin-D1, el cual presenta acción antimicrobiana efectiva contra bacterias gram-negativas, incluyendo Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii y Klebsiella pneumoniae. Estas bacterias se encuentran entre los patógenos que más han desarrollado resistencia en los últimos años, poniendo en jaque a los tratamientos actuales.

Sin embargo, la investigación enfrentó una limitante inicial: la tendencia del compuesto Andersonnin-D1 a formar aglomeraciones que restringen su efectividad clínica. Para superar este obstáculo, los científicos emplearon un método conocido como "diseño guiado por estructura", logrando modificar la estructura química del péptido de manera que se mantuviera estable y funcional.

Las variantes sintéticas de Andersonnin-D1 no solo demostraron ser tan efectivas como antibióticos de última línea como la polimixina B, sino que además presentaron la ventaja de no dañar células humanas ni alterar la microbiota intestinal. A través de pruebas experimentales en cultivos bacterianos simples y entornos bacterianos complejos, estas moléculas evidenciaron su eficacia en condiciones más realistas.

El aspecto más alentador de estos nuevos compuestos es su capacidad para mitigar infecciones bacterianas sin inducir resistencia, incluso después de 30 días de exposición continua en cultivos experimentales. Ensayos adicionales en modelos murinos revelaron que los péptidos sintéticos pueden reducir drásticamente la carga bacteriana en infecciones graves por Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii sin efectos tóxicos observados.

Además de Andersonnin-D1, los investigadores sugieren que otras secreciones antibióticas descubiertas en ranas evolucionaron como mecanismos naturales de defensa ante sus hábitats húmedos. Estas sustancias, cuando son estudiadas y procesadas, podrían usarse para proteger a los humanos contra patógenos resistentes.

Los próximos pasos incluyen pruebas preclínicas y la preparación de solicitudes para estudios de habilitación de nuevos medicamentos (IND, por sus siglas en inglés) con la finalidad de obtener aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en etapas futuras. La investigación fue dirigida por Cesar de la Fuente, profesor asociado de la Universidad de Pensilvania, y ha sido referenciada en múltiples publicaciones académicas, consolidando su relevancia dentro del campo científico.

El descubrimiento de moléculas antimicrobianas derivadas de ranas no solo abre nuevas posibilidades terapéuticas, sino que también subraya la importancia de investigar a fondo los mecanismos naturales de distintas especies como fuentes potenciales de innovación médica.

La rana Odorrana andersonii no solo es reconocida por sus propiedades antibióticas, sino que también es una de las especies que mejor se adapta a ambientes húmedos y adversos, lo que resulta clave para la evolución de sus secreciones químicas.

Un equipo internacional de investigadores ha identificado un prometedor compuesto antibiótico en las secreciones de la rana Odorrana andersonii, una especie autóctona del sur de Asia, que podría marcar un antes y un después en la lucha contra la resistencia bacteriana. El hallazgo, publicado en la reconocida revista científica Trends in Biotechnology, se centra en un péptido llamado Andersonnin-D1, el cual presenta acción antimicrobiana efectiva contra bacterias gram-negativas, incluyendo Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii y Klebsiella pneumoniae. Estas bacterias se encuentran entre los patógenos que más han desarrollado resistencia en los últimos años, poniendo en jaque a los tratamientos actuales.

Sin embargo, la investigación enfrentó una limitante inicial: la tendencia del compuesto Andersonnin-D1 a formar aglomeraciones que restringen su efectividad clínica. Para superar este obstáculo, los científicos emplearon un método conocido como "diseño guiado por estructura", logrando modificar la estructura química del péptido de manera que se mantuviera estable y funcional.

Las variantes sintéticas de Andersonnin-D1 no solo demostraron ser tan efectivas como antibióticos de última línea como la polimixina B, sino que además presentaron la ventaja de no dañar células humanas ni alterar la microbiota intestinal. A través de pruebas experimentales en cultivos bacterianos simples y entornos bacterianos complejos, estas moléculas evidenciaron su eficacia en condiciones más realistas.

El aspecto más alentador de estos nuevos compuestos es su capacidad para mitigar infecciones bacterianas sin inducir resistencia, incluso después de 30 días de exposición continua en cultivos experimentales. Ensayos adicionales en modelos murinos revelaron que los péptidos sintéticos pueden reducir drásticamente la carga bacteriana en infecciones graves por Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii sin efectos tóxicos observados.

Además de Andersonnin-D1, los investigadores sugieren que otras secreciones antibióticas descubiertas en ranas evolucionaron como mecanismos naturales de defensa ante sus hábitats húmedos. Estas sustancias, cuando son estudiadas y procesadas, podrían usarse para proteger a los humanos contra patógenos resistentes.

Los próximos pasos incluyen pruebas preclínicas y la preparación de solicitudes para estudios de habilitación de nuevos medicamentos (IND, por sus siglas en inglés) con la finalidad de obtener aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en etapas futuras. La investigación fue dirigida por Cesar de la Fuente, profesor asociado de la Universidad de Pensilvania, y ha sido referenciada en múltiples publicaciones académicas, consolidando su relevancia dentro del campo científico.

El descubrimiento de moléculas antimicrobianas derivadas de ranas no solo abre nuevas posibilidades terapéuticas, sino que también subraya la importancia de investigar a fondo los mecanismos naturales de distintas especies como fuentes potenciales de innovación médica.

La rana Odorrana andersonii no solo es reconocida por sus propiedades antibióticas, sino que también es una de las especies que mejor se adapta a ambientes húmedos y adversos, lo que resulta clave para la evolución de sus secreciones químicas.

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