La implementación de un arancel del 25% por las importaciones de automóviles en Estados Unidos, un aumento considerable frente al 2.5% previamente establecido, ha generado consecuencias económicas adversas para la industria alemana. Las exportaciones de vehículos y piezas de Alemania al mercado estadounidense, valoradas en aproximadamente €37 mil millones, se han visto afectadas, creando un panorama preocupante para un sector crucial de la economía alemana.
De acuerdo con las estimaciones, los aranceles podrían ocasionar pérdidas económicas de hasta €200 mil millones (cerca de £170 mil millones) durante el periodo de cuatro años de la administración de Donald Trump. Dicho monto representaría un impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) alemán, con una disminución del 1.5%, calificada por el Instituto Económico IW como una "catástrofe económica para Alemania".
El impacto se siente de manera particularmente pronunciada en empresas como Volkswagen (VW), cuyas ventas en Estados Unidos durante 2024 ascendieron a alrededor de 380,000 unidades, equivalentes al 8% de sus ventas globales. Adicionalmente, las medidas han modificado las dinámicas productivas y comerciales. Empresas alemanas generaron el año pasado 900,000 vehículos en suelo estadounidense, empleando a 138,000 personas en 2,110 ubicaciones. Sin embargo, las condiciones impuestas han obligado a VW a suspender provisionalmente las exportaciones desde su fábrica en Puebla, México, y el puerto de Emden en Alemania, dirigidas a EE. UU.
En términos de precios, estos aranceles han causado un incremento significativo, con automóviles que ahora podrían costar entre $5,000 y $10,000 adicionales, y en el caso del segmento de lujo, los aumentos pueden alcanzar hasta $50,000.
Frente a esta situación, Ferdinand Dudenhöffer, experto en la industria automotriz, advirtió sobre un posible traslado de la producción a territorio estadounidense como estrategia ante los elevados costos, lo que podría traducirse en una pérdida de empleos adicionales en Alemania. Por su parte, VW planea introducir una "tarifa de importación" que detalle a los consumidores estadounidenses que los aumentos en los precios no son responsabilidad de la empresa, sino del gobierno estadounidense.
La tensión ha escalado entre los trabajadores y directivos de la industria automotriz alemana. En especial, los empleados de VW enfrentan un clima laboral marcado por la incertidumbre y el temor al desgaste del sector ante las decisiones comerciales de EE. UU.
Las automotrices alemanas no solo exportan vehículos a Estados Unidos, también tienen una importante presencia productiva en este país, empleando a más de 138,000 personas y gestionando operaciones en más de 2,000 ubicaciones.