Salud

Los antioxidantes de frutas y flores podrían reducir el daño de los microplásticos en la salud, según estudio

Investigaciones recientes han indicado que los antioxidantes conocidos como antocianinas, presentes en frutas, flores y nueces, podrían mitigar los efectos adversos de los microplásticos, que contienen más de 16,000 sustancias químicas tóxicas, en los sistemas reproductivos de hombres y mujeres.

Salud

Los antioxidantes de frutas y flores podrían reducir el daño de los microplásticos en la salud, según estudio

Investigaciones recientes han indicado que los antioxidantes conocidos como antocianinas, presentes en frutas, flores y nueces, podrían mitigar los efectos adversos de los microplásticos, que contienen más de 16,000 sustancias químicas tóxicas, en los sistemas reproductivos de hombres y mujeres.

“Las antocianinas ofrecen un enfoque prometedor para proteger la salud reproductiva frente a los daños inducidos por microplásticos a través de la reducción del estrés oxidativo e inflamación”

– Se señala en el estudio publicado.

24/2/2025

Un nuevo estudio destaca cómo los antioxidantes, específicamente las antocianinas presentes de forma natural en alimentos como frutas, nueces, verduras y flores, pueden contrarrestar la toxicidad ocasionada por la exposición a microplásticos. Estos plásticos microscópicos, que contienen más de 16,000 químicos diferentes, incluyendo el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, han demostrado causar un significativo impacto negativo en la salud reproductiva, según investigaciones recientes de PMC.

La exposición a microplásticos, que se ha encontrado en el cuerpo humano, afecta tanto a hombres como a mujeres. En el caso de los hombres, estos han sido detectados en los testículos y el semen, cruzando la barrera sangre-testículo y causando inflamación. Los modelos animales han señalado una reducción en la calidad espermática, conteo de espermatozoides y disfunción testicular. Por otro lado, en tejidos femeninos, los microplásticos han sido encontrados en ovarios, placentas y leche materna. Esta acumulación en tejidos críticos puede alterar el equilibrio hormonal, disminuir los niveles de estrógeno y dañar funciones ováricas.

Estas alteraciones tienen su origen en procesos inflamatorios y estrés oxidativo inducidos por los microplásticos. A nivel molecular, se observó que la activación de la vía de señalización p38 MAPK está directamente relacionada con el daño a células reproductivas. Por otro lado, las causas hormonales también incluyen la acción de metales pesados como el cadmio presentes en estos materiales, que actúan como disruptores endocrinos. Es en este contexto donde las antocianinas parecen actuar como agentes protectores al reducir el estrés oxidativo.

En estudios con ratones, los tratamientos con el antioxidante cianidina-3-O-glucósido (C3G), un tipo de antocianina, lograron notables resultados. Los animales expuestos aumentaron significativamente el conteo y motilidad de los espermatozoides, a la vez que se observó una disminución en el daño testicular. En las hembras, las antocianinas también demostraron mitigar la toxicidad reproductiva atribuida a microplásticos y sustancias como el cadmio, contribuyendo a niveles hormonales más estables.


La investigación no solo aborda los resultados en animales; también describe cómo estos mecanismos podrían trasladarse al organismo humano para mitigar el impacto de microplásticos en la salud reproductiva. Se identificaron propiedades similares a las del estrógeno en las antocianinas, lo que sugiere protección de funciones críticas en mujeres durante el embarazo o la lactancia, periodos en que se ha detectado la presencia de plásticos tóxicos hasta en la leche materna.

Finalmente, aunque aún se requiere más investigación para validar estos hallazgos en humanos, los resultados iniciales sugieren que incluir alimentos ricos en antocianinas podría pasar a formar parte de estrategias preventivas o terapéuticas frente al efecto nocivo de microplásticos. Dichos antioxidantes están presentes en alimentos como moras, cerezas, uvas, repollo morado y muchas flores. Esta línea de trabajo también propone explorar el uso de compuestos naturales frente al creciente problema de contaminación plástica que afecta a todos los niveles del organismo humano. Los microplásticos, debido a su tamaño diminuto, pueden transportarse a través del sistema sanguíneo humano e incluso alcanzar tejidos como los ovarios y la placenta, convirtiéndolos en una preocupación importante para la salud reproductiva a nivel global.

Algo Curioso

“Las antocianinas ofrecen un enfoque prometedor para proteger la salud reproductiva frente a los daños inducidos por microplásticos a través de la reducción del estrés oxidativo e inflamación”

– Se señala en el estudio publicado.

Feb 24, 2025
Colglobal News

Un nuevo estudio destaca cómo los antioxidantes, específicamente las antocianinas presentes de forma natural en alimentos como frutas, nueces, verduras y flores, pueden contrarrestar la toxicidad ocasionada por la exposición a microplásticos. Estos plásticos microscópicos, que contienen más de 16,000 químicos diferentes, incluyendo el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, han demostrado causar un significativo impacto negativo en la salud reproductiva, según investigaciones recientes de PMC.

La exposición a microplásticos, que se ha encontrado en el cuerpo humano, afecta tanto a hombres como a mujeres. En el caso de los hombres, estos han sido detectados en los testículos y el semen, cruzando la barrera sangre-testículo y causando inflamación. Los modelos animales han señalado una reducción en la calidad espermática, conteo de espermatozoides y disfunción testicular. Por otro lado, en tejidos femeninos, los microplásticos han sido encontrados en ovarios, placentas y leche materna. Esta acumulación en tejidos críticos puede alterar el equilibrio hormonal, disminuir los niveles de estrógeno y dañar funciones ováricas.

Estas alteraciones tienen su origen en procesos inflamatorios y estrés oxidativo inducidos por los microplásticos. A nivel molecular, se observó que la activación de la vía de señalización p38 MAPK está directamente relacionada con el daño a células reproductivas. Por otro lado, las causas hormonales también incluyen la acción de metales pesados como el cadmio presentes en estos materiales, que actúan como disruptores endocrinos. Es en este contexto donde las antocianinas parecen actuar como agentes protectores al reducir el estrés oxidativo.

En estudios con ratones, los tratamientos con el antioxidante cianidina-3-O-glucósido (C3G), un tipo de antocianina, lograron notables resultados. Los animales expuestos aumentaron significativamente el conteo y motilidad de los espermatozoides, a la vez que se observó una disminución en el daño testicular. En las hembras, las antocianinas también demostraron mitigar la toxicidad reproductiva atribuida a microplásticos y sustancias como el cadmio, contribuyendo a niveles hormonales más estables.


La investigación no solo aborda los resultados en animales; también describe cómo estos mecanismos podrían trasladarse al organismo humano para mitigar el impacto de microplásticos en la salud reproductiva. Se identificaron propiedades similares a las del estrógeno en las antocianinas, lo que sugiere protección de funciones críticas en mujeres durante el embarazo o la lactancia, periodos en que se ha detectado la presencia de plásticos tóxicos hasta en la leche materna.

Finalmente, aunque aún se requiere más investigación para validar estos hallazgos en humanos, los resultados iniciales sugieren que incluir alimentos ricos en antocianinas podría pasar a formar parte de estrategias preventivas o terapéuticas frente al efecto nocivo de microplásticos. Dichos antioxidantes están presentes en alimentos como moras, cerezas, uvas, repollo morado y muchas flores. Esta línea de trabajo también propone explorar el uso de compuestos naturales frente al creciente problema de contaminación plástica que afecta a todos los niveles del organismo humano. Los microplásticos, debido a su tamaño diminuto, pueden transportarse a través del sistema sanguíneo humano e incluso alcanzar tejidos como los ovarios y la placenta, convirtiéndolos en una preocupación importante para la salud reproductiva a nivel global.

Un nuevo estudio destaca cómo los antioxidantes, específicamente las antocianinas presentes de forma natural en alimentos como frutas, nueces, verduras y flores, pueden contrarrestar la toxicidad ocasionada por la exposición a microplásticos. Estos plásticos microscópicos, que contienen más de 16,000 químicos diferentes, incluyendo el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, han demostrado causar un significativo impacto negativo en la salud reproductiva, según investigaciones recientes de PMC.

La exposición a microplásticos, que se ha encontrado en el cuerpo humano, afecta tanto a hombres como a mujeres. En el caso de los hombres, estos han sido detectados en los testículos y el semen, cruzando la barrera sangre-testículo y causando inflamación. Los modelos animales han señalado una reducción en la calidad espermática, conteo de espermatozoides y disfunción testicular. Por otro lado, en tejidos femeninos, los microplásticos han sido encontrados en ovarios, placentas y leche materna. Esta acumulación en tejidos críticos puede alterar el equilibrio hormonal, disminuir los niveles de estrógeno y dañar funciones ováricas.

Estas alteraciones tienen su origen en procesos inflamatorios y estrés oxidativo inducidos por los microplásticos. A nivel molecular, se observó que la activación de la vía de señalización p38 MAPK está directamente relacionada con el daño a células reproductivas. Por otro lado, las causas hormonales también incluyen la acción de metales pesados como el cadmio presentes en estos materiales, que actúan como disruptores endocrinos. Es en este contexto donde las antocianinas parecen actuar como agentes protectores al reducir el estrés oxidativo.

En estudios con ratones, los tratamientos con el antioxidante cianidina-3-O-glucósido (C3G), un tipo de antocianina, lograron notables resultados. Los animales expuestos aumentaron significativamente el conteo y motilidad de los espermatozoides, a la vez que se observó una disminución en el daño testicular. En las hembras, las antocianinas también demostraron mitigar la toxicidad reproductiva atribuida a microplásticos y sustancias como el cadmio, contribuyendo a niveles hormonales más estables.


La investigación no solo aborda los resultados en animales; también describe cómo estos mecanismos podrían trasladarse al organismo humano para mitigar el impacto de microplásticos en la salud reproductiva. Se identificaron propiedades similares a las del estrógeno en las antocianinas, lo que sugiere protección de funciones críticas en mujeres durante el embarazo o la lactancia, periodos en que se ha detectado la presencia de plásticos tóxicos hasta en la leche materna.

Finalmente, aunque aún se requiere más investigación para validar estos hallazgos en humanos, los resultados iniciales sugieren que incluir alimentos ricos en antocianinas podría pasar a formar parte de estrategias preventivas o terapéuticas frente al efecto nocivo de microplásticos. Dichos antioxidantes están presentes en alimentos como moras, cerezas, uvas, repollo morado y muchas flores. Esta línea de trabajo también propone explorar el uso de compuestos naturales frente al creciente problema de contaminación plástica que afecta a todos los niveles del organismo humano. Los microplásticos, debido a su tamaño diminuto, pueden transportarse a través del sistema sanguíneo humano e incluso alcanzar tejidos como los ovarios y la placenta, convirtiéndolos en una preocupación importante para la salud reproductiva a nivel global.

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