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Donald Trump despide al jefe del Estado Mayor Conjunto, CQ Brown Jr., en una polémica reestructuración del Pentágono

El expresidente Donald Trump cesó de manera abrupta al general CQ Brown Jr., presidente del Estado Mayor Conjunto, el 21 de febrero de 2025. Este acto forma parte de una campaña dirigida a reformar las fuerzas armadas y desmantelar programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), marcando una gestión controvertida en la cúpula militar de EE.UU.

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Donald Trump despide al jefe del Estado Mayor Conjunto, CQ Brown Jr., en una polémica reestructuración del Pentágono

El expresidente Donald Trump cesó de manera abrupta al general CQ Brown Jr., presidente del Estado Mayor Conjunto, el 21 de febrero de 2025. Este acto forma parte de una campaña dirigida a reformar las fuerzas armadas y desmantelar programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), marcando una gestión controvertida en la cúpula militar de EE.UU.

“Es necesario despedir a cualquier general involucrado en iniciativas de DEI”

– Afirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en declaraciones previas al despido.

22/2/2025

En una decisión que ha generado reacciones divididas, Donald Trump llevó a cabo el despido del general CQ Brown Jr., presidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el 21 de febrero de 2025. La medida, calificada como “sin precedentes” dentro del ámbito militar, se realiza en el contexto de una campaña para eliminar a líderes militares vinculados con iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Brown, quien fue nombrado en 2023 por el presidente Joe Biden y previamente seleccionado por Trump en 2017 para dirigir la Fuerza Aérea, se convierte en el segundo general afroamericano en la historia del país en ocupar este cargo, después de Colin Powell.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, designado por Trump en enero de 2025, ha sido una figura clave en esta reestructuración. Hegseth había expresado su intención de despedir a todos los oficiales vinculados con programas de DEI, cuestionando incluso la designación de Brown con comentarios que generaron polémica respecto a si su nombramiento respondió a méritos raciales o a competencias profesionales. Este marco dio pie a una serie de actuaciones que han intensificado el clima de cambio en el Pentágono.

El reemplazo de CQ Brown será el teniente general Dan “Razin” Caine, un oficial retirado que hasta la fecha había sido pasado por alto para ascensos posteriores. Caine, quien cumplió funciones como director asociado de asuntos militares en la CIA y jugó un papel relevante en la defensa aérea de Washington durante los ataques del 11 de septiembre, ha captado la atención de Trump, entre otras razones, por su compromiso en derrotar al Estado Islámico de manera “rápida y efectiva.”

Los cambios no se detuvieron con Brown. Se anunció también el despido de la almirante Lisa Franchetti, jefa del Estado Mayor de la Marina, y del general James Slife, segundo al mando en la Fuerza Aérea. Estas destituciones coinciden con la intención de la administración de Trump de sustituir a otros cinco altos mandos militares cuya identidad aún no ha sido divulgada. Además, Hegseth confirmó que se están considerando sustituciones específicas para los roles de jefe de Operaciones Navales, vicejefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y los jueces generales del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.


El despido de Brown destaca también por alterar una tradición establecida en la que los presidentes del Estado Mayor Conjunto suelen completar un mandato de cuatro años, siendo muchas veces respaldados por administraciones de diferentes partidos. Este contexto había resaltado la naturaleza apolítica del cargo, un aspecto que ahora es sujeto de debate.

Esta purga en las filas de mando del Pentágono se suma al conjunto de políticas de esta administración, que ha subrayado su compromiso con una plataforma de “Estados Unidos primero” y la reconstrucción de unas fuerzas armadas alineadas con visiones particulares de su liderazgo. Sin embargo, la estrategia plantea interrogantes no solo en términos de efectividad y dirección, sino también sobre la posible politización de instituciones tradicionalmente autónomas de las controversias partidistas.

Este caso refleja prioridades dispares en un país donde la necesidad de inclusión choca con las perspectivas de aquellos que priorizan un enfoque más específico y restringido en la evaluación militar. En el centro de todo, las fuerzas armadas estadounidenses enfrentan cambios estructurales que podrían tener repercusiones duraderas en su operación y credibilidad.

Algo Curioso

“Es necesario despedir a cualquier general involucrado en iniciativas de DEI”

– Afirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en declaraciones previas al despido.

Feb 22, 2025
Colglobal News

En una decisión que ha generado reacciones divididas, Donald Trump llevó a cabo el despido del general CQ Brown Jr., presidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el 21 de febrero de 2025. La medida, calificada como “sin precedentes” dentro del ámbito militar, se realiza en el contexto de una campaña para eliminar a líderes militares vinculados con iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Brown, quien fue nombrado en 2023 por el presidente Joe Biden y previamente seleccionado por Trump en 2017 para dirigir la Fuerza Aérea, se convierte en el segundo general afroamericano en la historia del país en ocupar este cargo, después de Colin Powell.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, designado por Trump en enero de 2025, ha sido una figura clave en esta reestructuración. Hegseth había expresado su intención de despedir a todos los oficiales vinculados con programas de DEI, cuestionando incluso la designación de Brown con comentarios que generaron polémica respecto a si su nombramiento respondió a méritos raciales o a competencias profesionales. Este marco dio pie a una serie de actuaciones que han intensificado el clima de cambio en el Pentágono.

El reemplazo de CQ Brown será el teniente general Dan “Razin” Caine, un oficial retirado que hasta la fecha había sido pasado por alto para ascensos posteriores. Caine, quien cumplió funciones como director asociado de asuntos militares en la CIA y jugó un papel relevante en la defensa aérea de Washington durante los ataques del 11 de septiembre, ha captado la atención de Trump, entre otras razones, por su compromiso en derrotar al Estado Islámico de manera “rápida y efectiva.”

Los cambios no se detuvieron con Brown. Se anunció también el despido de la almirante Lisa Franchetti, jefa del Estado Mayor de la Marina, y del general James Slife, segundo al mando en la Fuerza Aérea. Estas destituciones coinciden con la intención de la administración de Trump de sustituir a otros cinco altos mandos militares cuya identidad aún no ha sido divulgada. Además, Hegseth confirmó que se están considerando sustituciones específicas para los roles de jefe de Operaciones Navales, vicejefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y los jueces generales del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.


El despido de Brown destaca también por alterar una tradición establecida en la que los presidentes del Estado Mayor Conjunto suelen completar un mandato de cuatro años, siendo muchas veces respaldados por administraciones de diferentes partidos. Este contexto había resaltado la naturaleza apolítica del cargo, un aspecto que ahora es sujeto de debate.

Esta purga en las filas de mando del Pentágono se suma al conjunto de políticas de esta administración, que ha subrayado su compromiso con una plataforma de “Estados Unidos primero” y la reconstrucción de unas fuerzas armadas alineadas con visiones particulares de su liderazgo. Sin embargo, la estrategia plantea interrogantes no solo en términos de efectividad y dirección, sino también sobre la posible politización de instituciones tradicionalmente autónomas de las controversias partidistas.

Este caso refleja prioridades dispares en un país donde la necesidad de inclusión choca con las perspectivas de aquellos que priorizan un enfoque más específico y restringido en la evaluación militar. En el centro de todo, las fuerzas armadas estadounidenses enfrentan cambios estructurales que podrían tener repercusiones duraderas en su operación y credibilidad.

En una decisión que ha generado reacciones divididas, Donald Trump llevó a cabo el despido del general CQ Brown Jr., presidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el 21 de febrero de 2025. La medida, calificada como “sin precedentes” dentro del ámbito militar, se realiza en el contexto de una campaña para eliminar a líderes militares vinculados con iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Brown, quien fue nombrado en 2023 por el presidente Joe Biden y previamente seleccionado por Trump en 2017 para dirigir la Fuerza Aérea, se convierte en el segundo general afroamericano en la historia del país en ocupar este cargo, después de Colin Powell.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, designado por Trump en enero de 2025, ha sido una figura clave en esta reestructuración. Hegseth había expresado su intención de despedir a todos los oficiales vinculados con programas de DEI, cuestionando incluso la designación de Brown con comentarios que generaron polémica respecto a si su nombramiento respondió a méritos raciales o a competencias profesionales. Este marco dio pie a una serie de actuaciones que han intensificado el clima de cambio en el Pentágono.

El reemplazo de CQ Brown será el teniente general Dan “Razin” Caine, un oficial retirado que hasta la fecha había sido pasado por alto para ascensos posteriores. Caine, quien cumplió funciones como director asociado de asuntos militares en la CIA y jugó un papel relevante en la defensa aérea de Washington durante los ataques del 11 de septiembre, ha captado la atención de Trump, entre otras razones, por su compromiso en derrotar al Estado Islámico de manera “rápida y efectiva.”

Los cambios no se detuvieron con Brown. Se anunció también el despido de la almirante Lisa Franchetti, jefa del Estado Mayor de la Marina, y del general James Slife, segundo al mando en la Fuerza Aérea. Estas destituciones coinciden con la intención de la administración de Trump de sustituir a otros cinco altos mandos militares cuya identidad aún no ha sido divulgada. Además, Hegseth confirmó que se están considerando sustituciones específicas para los roles de jefe de Operaciones Navales, vicejefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y los jueces generales del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.


El despido de Brown destaca también por alterar una tradición establecida en la que los presidentes del Estado Mayor Conjunto suelen completar un mandato de cuatro años, siendo muchas veces respaldados por administraciones de diferentes partidos. Este contexto había resaltado la naturaleza apolítica del cargo, un aspecto que ahora es sujeto de debate.

Esta purga en las filas de mando del Pentágono se suma al conjunto de políticas de esta administración, que ha subrayado su compromiso con una plataforma de “Estados Unidos primero” y la reconstrucción de unas fuerzas armadas alineadas con visiones particulares de su liderazgo. Sin embargo, la estrategia plantea interrogantes no solo en términos de efectividad y dirección, sino también sobre la posible politización de instituciones tradicionalmente autónomas de las controversias partidistas.

Este caso refleja prioridades dispares en un país donde la necesidad de inclusión choca con las perspectivas de aquellos que priorizan un enfoque más específico y restringido en la evaluación militar. En el centro de todo, las fuerzas armadas estadounidenses enfrentan cambios estructurales que podrían tener repercusiones duraderas en su operación y credibilidad.

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