El 24 de febrero de 2025, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), en alianza con la CSU, emergió como el partido más votado en las elecciones federales de Alemania al conseguir el 28.5% de los votos, marcando un regreso significativo al liderazgo político, aunque sin mayoría absoluta. Friedrich Merz, líder de la CDU, calificó este resultado como una victoria relevante para el partido en un contexto político lleno de desafíos tanto nacionales como europeos. En su discurso, Merz advirtió sobre las tensiones que enfrenta Europa, describiéndolas como una situación límite de "cinco minutos para la medianoche". Hizo un llamado a fortalecer la capacidad de defensa del continente, particularmente frente a la política estadounidense de “América sola”, que podría alterar los lazos transatlánticos.
Un avance notable en esta elección fue el desempeño de Alternativa para Alemania (AfD), que alcanzó el 20% del respaldo ciudadano, duplicando así su resultado respecto a los comicios anteriores y marcando un hito histórico para el partido. La AfD se consolidó como la fuerza política predominante en el este de Alemania, donde ganó 43 de los 48 escaños disponibles, impulsada por una plataforma anti-Islam y anti-inmigración. Merz calificó este aumento de apoyo como una “última advertencia” para los partidos tradicionales y subrayó la imperiosa necesidad de abordar los problemas que han llevado al ascenso de este partido de extrema derecha.
Los resultados reflejaron además un panorama desfavorable para otros partidos. La SPD, encabezada por el actual canciller Olaf Scholz, sufrió una derrota histórica al obtener solamente el 16% de los votos, el porcentaje más bajo en su historia. Por su parte, Los Verdes lograron capturar el 11.6% del electorado, mientras que el Partido Democrático Liberal (FDP) quedó fuera del parlamento al no alcanzar el umbral mínimo del 5%. Completando el escenario, el partido de izquierda Die Linke obtuvo el 8.8%, logrando mantenerse relevante pese al difícil contexto político.
En cuanto a la conformación de un nuevo gobierno, Friedrich Merz expresó su voluntad de formar una coalición con la socialdemocracia (SPD), con miras a cerrar las negociaciones a finales de abril. Este resulta un paso clave para garantizar la gobernabilidad del país. Asimismo, subrayó la prioridad de retomar el control de las políticas migratorias, un tema central que influyó en estas elecciones, y reconoció la responsabilidad de su partido en implementar soluciones que eviten favorecer un crecimiento mayor de la AfD.
Merz también abordó la influencia extranjera en el panorama político, añadiendo críticas contundentes hacia la administración del expresidente estadounidense Donald Trump. Denunció como inaceptables las interferencias externas en la campaña, particularmente los comentarios realizados por Elon Musk, quien felicitó abiertamente a la AfD, lo cual provocó controversia dentro de los círculos políticos alemanes.
En el marco del tercer aniversario del inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Merz destacó la importancia de que Europa mantenga su unidad y refuerce su apoyo a Ucrania, considerándolo esencial para la estabilidad y seguridad del continente. El líder de la CDU aseveró que Alemania y Europa se encuentran en un punto crítico que demanda una respuesta firme y coordinada para hacer frente a las crisis actuales. El desempeño de la AfD, con un 20% de los votos y mayoría en el este de Alemania, representa uno de los mayores logros para un partido de extrema derecha en la historia reciente de las elecciones federales alemanas.