El vuelo número AA292 de American Airlines, que realizaba la ruta entre Nueva York (JFK) y Nueva Delhi (DEL), se vio obligado a desviarse al Aeropuerto Internacional Leonardo da Vinci en Roma (FCO) el 23 de febrero de 2025, tras registrarse una amenaza de bomba enviada de manera anónima por correo electrónico. Como resultado, la aeronave aterrizó de forma segura en la capital italiana a las 17:22 hora local (CET), aproximadamente tres horas antes de la hora de llegada prevista para Nueva Delhi.
A bordo del vuelo se encontraban 199 pasajeros, quienes experimentaron una prolongación de su trayecto tras el cambio de planes. El desvío llevó a que dos aviones de combate de la Fuerza Aérea Italiana escoltaran al avión de American Airlines durante su aproximación al aeropuerto de Roma, como medida de seguridad adicional.
La Administración Federal de Aviación (FAA) confirmó que la tripulación del AA292 reportó la amenaza de seguridad según el protocolo establecido para estas situaciones. Una vez que el avión aterrizó, las autoridades italianas llevaron a cabo una minuciosa inspección de la aeronave; sin embargo, no se encontró evidencia que corroborara la amenaza, que más tarde fue calificada como "no creíble".
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Los pasajeros fueron trasladados en autobuses desde la aeronave hasta la terminal, donde se aplicaron controles de seguridad intensificados para garantizar su bienestar. Más de dos horas después del aterrizaje, algunos pasajeros aún no habían recibido su equipaje, que permanecía bajo inspección exhaustiva. En cumplimiento de la normativa de descanso de la tripulación, la aerolínea determinó que el vuelo permanecería en Roma durante la noche, antes de poder continuar con su destino hacia Nueva Delhi al día siguiente.
Entre las reacciones de los pasajeros afectados por el inesperado evento, Neeraj Chopra compartió que la atmósfera dentro de la cabina era mayormente tranquila tras notificarse el desvío. No obstante, expresó su nerviosismo al saber sobre la escolta militar de los aviones de combate. Otro pasajero, Jonathan Bacon, destacó que el vuelo careció de conexión a Internet durante una gran parte del trayecto, lo que dificultó la obtención de actualizaciones sobre la situación.
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El incidente subraya los procedimientos estrictos que siguen las aerolíneas y las autoridades aeronáuticas ante posibles amenazas a la seguridad de los pasajeros y la tripulación, incluso si posteriormente estas resultan ser falsas alarmas. Es común que aviones comerciales sean escoltados por cazas militares durante amenazas de seguridad; esta práctica sirve para monitorear la situación de cerca y garantizar que no existan anomalías en los últimos momentos antes de aterrizar.