La posibilidad de que el asteroide 2024 YR4 impacte la Tierra en el año 2032 ha disminuido drásticamente, según reportes recientes de organizaciones espaciales internacionales. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha reducido la probabilidad de colisión a un ínfimo 0,0016%, mientras que la NASA la sitúa en 0,005%. Estas actualizaciones colocan al asteroide en el nivel de riesgo cero en la escala de Turín, un sistema de clasificación de peligrosidad de asteroides que va de 0 a 10.
El asteroide 2024 YR4, descubierto en diciembre de 2024, cuenta con un diámetro estimado que varía entre 40 y 90 metros. En caso de impacto, podría liberar una energía equivalente a 7,8 megatoneladas de TNT, capaz de devastar una ciudad, aunque sin representar un peligro para la existencia de la humanidad. Inicialmente, alcanzó una probabilidad de impacto del 3,1% para el 18 de febrero de 2025, un registro sin precedentes para un objeto de su tamaño según la NASA. Sin embargo, posteriores observaciones espaciales redujeron esta probabilidad a un 0,0017% (uno en 60,000) y, más tarde, hasta el 0,005% (uno en 20,000).
El paso cercano del asteroide se espera para el día 22 de diciembre de 2032. Ante esta ventana de aproximación, los científicos intensificaron las observaciones, realizando más de 440 seguimientos a través de telescopios terrestres. Con estos datos se logró un ajuste preciso de su trayectoria orbital, lo que permitió descartar cualquier intersección con la órbita terrestre. Como resultado de estos esfuerzos, tanto la NASA como otras agencias lo han clasificado oficialmente como un objeto de "No Peligro", ya que su probabilidad de impacto ha caído por debajo del umbral de 1 en 1,000, estipulado como referencia en la escala de Turín.
A pesar de su tamaño y las consecuencias potenciales, los expertos recalcan que el asteroide 2024 YR4 no representa una amenaza existencial. Los análisis profundos se centran ahora en parametrizar mejor su composición y otras características que afectarían las consecuencias en caso de impacto teórico, como el ángulo de entrada y la densidad del material. El enfoque en la vigilancia y el análisis astronómico demuestra la capacidad actual de la humanidad para predecir y manejar riesgos provenientes del espacio con notable precisión.
La resolución de esta situación refuerza los avances tecnológicos y metodológicos en la observación y modelado de objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés). Los científicos enfatizan que la detección temprana y el seguimiento meticuloso son claves para mitigar cualquier posible amenaza futura. En la escala de Turín, utilizada para evaluar el riesgo de impacto de objetos cercanos a la Tierra en una escala del 0 al 10, el asteroide 2024 YR4 no presenta riesgo alguno al clasificarse en el nivel cero, el mismo que tienen la mayoría de los asteroides registrados.