Mundo

Los bonobos muestran capacidad para detectar y corregir la ignorancia, una habilidad antes considerada exclusiva de los humanos

Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins reveló que los bonobos (Pan paniscus) son capaces de identificar la ignorancia en otros e interactuar para subsanarla. Este descubrimiento desafía la creencia previa de que estas habilidades eran exclusivas de los humanos.

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Los bonobos muestran capacidad para detectar y corregir la ignorancia, una habilidad antes considerada exclusiva de los humanos

Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins reveló que los bonobos (Pan paniscus) son capaces de identificar la ignorancia en otros e interactuar para subsanarla. Este descubrimiento desafía la creencia previa de que estas habilidades eran exclusivas de los humanos.

“Este hallazgo nos muestra un nivel de complejidad cognitiva en los bonobos que nunca habríamos imaginado”

– Afirmó Christopher Krupenye, investigador principal del proyecto.

23/2/2025

El trabajo de investigación publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y llevado a cabo en el centro de investigación Ape Initiative en Iowa, EE. UU., incluyó a tres bonobos: Nyota, de 25 años; Kanzi, de 43 años, y Teco, de 13 años. El estudio se enfocó en evaluar la capacidad de estos primates para detectar y actuar frente a la ignorancia en terceros mediante un experimento de comunicación con humanos.

El diseño del experimento consistía en que los bonobos observaran cómo un humano, identificado como Luke Townrow, escondía un alimento (una uva o un Cheerio) bajo uno de tres vasos. En determinados momentos, el humano podía observar dónde se escondía el alimento (condición de conocimiento), mientras que en otras situaciones se colocaba una barrera visual que impedía su visión (condición de ignorancia). El objetivo era determinar si los bonobos modificarían su comportamiento dependiendo de la condición del humano.

Los resultados fueron reveladores: cuando el humano no sabía dónde estaba el alimento debido a la barrera visual, los bonobos mostraban un entusiasmo particular para señalar el vaso correcto de forma clara y consistente. Por el contrario, en situaciones donde el humano había visto el escondite, los bonobos rara vez señalaban, sugiriendo que entendían que no era necesario. Las respuestas diferenciales entre ambas condiciones reflejan una comprensión de los estados de conocimiento e ignorancia en otros, lo que los investigadores interpretaron como evidencia de una forma incipiente de "teoría de la mente".

El estudio mostró que los bonobos señalaban con más frecuencia cuando el humano no sabía dónde estaba la comida, y esta diferencia fue estadísticamente significativa. En números simples, la probabilidad de que los bonobos señalaran en estas situaciones fue casi tres veces mayor que en otras pruebas (OR = 0.29, lo que significa que la conducta fue 71% menos frecuente en la otra condición). Además, los bonobos también fueron más rápidos al señalar cuando el humano estaba desinformado, con un tiempo de respuesta que aumentó en promedio 1.51 veces (con una variabilidad medida en un rango entre 1.13 y 2.02 veces). Finalmente, su precisión al señalar el vaso correcto fue mucho mayor de lo que ocurriría por simple azar, con una probabilidad de error casi nula (P < 0.001), lo que confirma que su comportamiento no fue aleatorio.


Esta investigación también deja entrever una posible capacidad de los bonobos de mantener dos representaciones cognitivas simultáneamente: su propio conocimiento y la falta de conocimiento de los demás. Este atributo es indicativo de una complejidad cerebral inusual en primates no humanos, sugiriendo que estas habilidades podrían haber existido en un ancestro común entre humanos y bonobos hace millones de años.


Christopher Krupenye y el equipo enfatizan la relevancia de este descubrimiento. La capacidad de los bonobos de comunicar activamente información a individuos ignorantes tiene implicaciones importantes para comprender la evolución de la comunicación, la cooperación y la cognición social en primates. Los resultados no solo desafían la noción de exclusividad de los humanos en poseer una teoría de la mente, sino también expanden nuestro entendimiento sobre las habilidades cognitivas avanzadas en especies cercanas evolutivamente.

Algo Curioso

“Este hallazgo nos muestra un nivel de complejidad cognitiva en los bonobos que nunca habríamos imaginado”

– Afirmó Christopher Krupenye, investigador principal del proyecto.

Feb 23, 2025
Colglobal News

El trabajo de investigación publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y llevado a cabo en el centro de investigación Ape Initiative en Iowa, EE. UU., incluyó a tres bonobos: Nyota, de 25 años; Kanzi, de 43 años, y Teco, de 13 años. El estudio se enfocó en evaluar la capacidad de estos primates para detectar y actuar frente a la ignorancia en terceros mediante un experimento de comunicación con humanos.

El diseño del experimento consistía en que los bonobos observaran cómo un humano, identificado como Luke Townrow, escondía un alimento (una uva o un Cheerio) bajo uno de tres vasos. En determinados momentos, el humano podía observar dónde se escondía el alimento (condición de conocimiento), mientras que en otras situaciones se colocaba una barrera visual que impedía su visión (condición de ignorancia). El objetivo era determinar si los bonobos modificarían su comportamiento dependiendo de la condición del humano.

Los resultados fueron reveladores: cuando el humano no sabía dónde estaba el alimento debido a la barrera visual, los bonobos mostraban un entusiasmo particular para señalar el vaso correcto de forma clara y consistente. Por el contrario, en situaciones donde el humano había visto el escondite, los bonobos rara vez señalaban, sugiriendo que entendían que no era necesario. Las respuestas diferenciales entre ambas condiciones reflejan una comprensión de los estados de conocimiento e ignorancia en otros, lo que los investigadores interpretaron como evidencia de una forma incipiente de "teoría de la mente".

El estudio mostró que los bonobos señalaban con más frecuencia cuando el humano no sabía dónde estaba la comida, y esta diferencia fue estadísticamente significativa. En números simples, la probabilidad de que los bonobos señalaran en estas situaciones fue casi tres veces mayor que en otras pruebas (OR = 0.29, lo que significa que la conducta fue 71% menos frecuente en la otra condición). Además, los bonobos también fueron más rápidos al señalar cuando el humano estaba desinformado, con un tiempo de respuesta que aumentó en promedio 1.51 veces (con una variabilidad medida en un rango entre 1.13 y 2.02 veces). Finalmente, su precisión al señalar el vaso correcto fue mucho mayor de lo que ocurriría por simple azar, con una probabilidad de error casi nula (P < 0.001), lo que confirma que su comportamiento no fue aleatorio.


Esta investigación también deja entrever una posible capacidad de los bonobos de mantener dos representaciones cognitivas simultáneamente: su propio conocimiento y la falta de conocimiento de los demás. Este atributo es indicativo de una complejidad cerebral inusual en primates no humanos, sugiriendo que estas habilidades podrían haber existido en un ancestro común entre humanos y bonobos hace millones de años.


Christopher Krupenye y el equipo enfatizan la relevancia de este descubrimiento. La capacidad de los bonobos de comunicar activamente información a individuos ignorantes tiene implicaciones importantes para comprender la evolución de la comunicación, la cooperación y la cognición social en primates. Los resultados no solo desafían la noción de exclusividad de los humanos en poseer una teoría de la mente, sino también expanden nuestro entendimiento sobre las habilidades cognitivas avanzadas en especies cercanas evolutivamente.

El trabajo de investigación publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y llevado a cabo en el centro de investigación Ape Initiative en Iowa, EE. UU., incluyó a tres bonobos: Nyota, de 25 años; Kanzi, de 43 años, y Teco, de 13 años. El estudio se enfocó en evaluar la capacidad de estos primates para detectar y actuar frente a la ignorancia en terceros mediante un experimento de comunicación con humanos.

El diseño del experimento consistía en que los bonobos observaran cómo un humano, identificado como Luke Townrow, escondía un alimento (una uva o un Cheerio) bajo uno de tres vasos. En determinados momentos, el humano podía observar dónde se escondía el alimento (condición de conocimiento), mientras que en otras situaciones se colocaba una barrera visual que impedía su visión (condición de ignorancia). El objetivo era determinar si los bonobos modificarían su comportamiento dependiendo de la condición del humano.

Los resultados fueron reveladores: cuando el humano no sabía dónde estaba el alimento debido a la barrera visual, los bonobos mostraban un entusiasmo particular para señalar el vaso correcto de forma clara y consistente. Por el contrario, en situaciones donde el humano había visto el escondite, los bonobos rara vez señalaban, sugiriendo que entendían que no era necesario. Las respuestas diferenciales entre ambas condiciones reflejan una comprensión de los estados de conocimiento e ignorancia en otros, lo que los investigadores interpretaron como evidencia de una forma incipiente de "teoría de la mente".

El estudio mostró que los bonobos señalaban con más frecuencia cuando el humano no sabía dónde estaba la comida, y esta diferencia fue estadísticamente significativa. En números simples, la probabilidad de que los bonobos señalaran en estas situaciones fue casi tres veces mayor que en otras pruebas (OR = 0.29, lo que significa que la conducta fue 71% menos frecuente en la otra condición). Además, los bonobos también fueron más rápidos al señalar cuando el humano estaba desinformado, con un tiempo de respuesta que aumentó en promedio 1.51 veces (con una variabilidad medida en un rango entre 1.13 y 2.02 veces). Finalmente, su precisión al señalar el vaso correcto fue mucho mayor de lo que ocurriría por simple azar, con una probabilidad de error casi nula (P < 0.001), lo que confirma que su comportamiento no fue aleatorio.


Esta investigación también deja entrever una posible capacidad de los bonobos de mantener dos representaciones cognitivas simultáneamente: su propio conocimiento y la falta de conocimiento de los demás. Este atributo es indicativo de una complejidad cerebral inusual en primates no humanos, sugiriendo que estas habilidades podrían haber existido en un ancestro común entre humanos y bonobos hace millones de años.


Christopher Krupenye y el equipo enfatizan la relevancia de este descubrimiento. La capacidad de los bonobos de comunicar activamente información a individuos ignorantes tiene implicaciones importantes para comprender la evolución de la comunicación, la cooperación y la cognición social en primates. Los resultados no solo desafían la noción de exclusividad de los humanos en poseer una teoría de la mente, sino también expanden nuestro entendimiento sobre las habilidades cognitivas avanzadas en especies cercanas evolutivamente.

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