La población de osos polares en la Bahía de Hudson ha experimentado un alarmante descenso del 50% desde 1990, según un reciente estudio publicado en la revista Science. En los años 90, se estimaba que había aproximadamente 1,200 osos polares en esta región. Actualmente, solo quedan alrededor de 600 individuos. Este declive se atribuye principalmente a la disminución del hielo marino, esencial para la caza de focas, la principal fuente de alimento de estos animales.
El estudio, que abarca desde 1979 hasta 2021, revela datos preocupantes sobre la biología y el comportamiento de los osos polares en la Bahía de Hudson. Las hembras de osos polares han disminuido su peso en 39 kilogramos en los últimos 37 años, mientras que los cachorros de un año han perdido hasta 26 kilogramos. Además, las hembras están teniendo un 11% menos de crías por camada, alargando el periodo de dependencia de las crías en un 10%.
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El intervalo entre nacimientos también ha cambiado drásticamente. En la década de 1980, las hembras parían cada dos años. En los años 2000, este intervalo se ha extendido a tres años, lo cual ha resultado en una disminución del 12% en el número de cachorros cada diez años. Estos cambios se han visto acentuados por la reducción en la temporada de alimentación, que ahora es entre tres y cuatro semanas más corta en comparación con la década de 1980.
El modelo bioenergético utilizado en esta investigación mostró que la extensión media del hielo marino en diciembre de 2024 fue la más baja registrada por satélite hasta la fecha, exacerbando la situación. La reducción del hielo marino obliga a los osos polares a pasar más tiempo en tierra firme, donde aumenta el riesgo de conflictos con las comunidades humanas y la búsqueda de comida en vertederos, lo que representa un peligro adicional para su supervivencia.
La declaración de los investigadores en la revista Science subraya la gravedad del problema: "La pérdida de hielo marino ha tenido un impacto devastador en la capacidad de los osos polares para encontrar alimento y reproducirse". Esta situación plantea preocupaciones no solo para la población de osos polares, sino también para las comunidades humanas que coexisten en estas áreas.
En conclusión, el declive de la población de osos polares en la Bahía de Hudson es un indicador preocupante de los efectos del cambio climático en los ecosistemas del Ártico. La reducción del hielo marino no solo afecta la disponibilidad de alimento, sino que también altera los patrones de reproducción y supervivencia de esta especie emblemática.