Salud

Un estudio revela que la contaminación del aire afecta la concentración en las tareas cotidianas

Un estudio publicado en la revista Nature Communications revela que la exposición breve a altos niveles de material particulado (PM) afecta la atención selectiva y el reconocimiento emocional en las personas, destacando las implicaciones cognitivas de la contaminación del aire.

Salud

Un estudio revela que la contaminación del aire afecta la concentración en las tareas cotidianas

Un estudio publicado en la revista Nature Communications revela que la exposición breve a altos niveles de material particulado (PM) afecta la atención selectiva y el reconocimiento emocional en las personas, destacando las implicaciones cognitivas de la contaminación del aire.

“Incluso una corta exposición puede deteriorar funciones cognitivas esenciales, subrayando el impacto del aire contaminado en la salud humana”

– Señala el artículo en Nature Communications.

10/2/2025

La contaminación del aire no solo está vinculada con problemas respiratorios y cardiovasculares, sino también con efectos negativos en las capacidades cognitivas, según un estudio reciente realizado con 26 adultos sanos y publicado en Nature Communications. El experimento evaluó el impacto de la exposición a altos niveles de material particulado (PM) durante una hora, generado por el humo de una vela, en comparación con respirar aire limpio. Los resultados arrojaron evidencia significativa de cómo incluso breves exposiciones pueden comprometer la atención selectiva y el reconocimiento emocional.

Después de la exposición a material particulado (PM), los participantes tardaron 13 milisegundos más en reaccionar a estímulos, cuando antes de la exposición no hubo cambio en su tiempo de respuesta. Este aumento en el tiempo de reacción fue estadísticamente significativo (p = 0.024). Además, su capacidad para reconocer emociones como felicidad o temor disminuyó, pasando de 2.78 (desviación estándar 0.47) a 2.56 (desviación estándar 0.56), también con una significación estadística (p = 0.002), lo que indica que estos efectos no fueron producto del azar, sino una consecuencia real de la contaminación.

Sin embargo, los investigadores no encontraron efectos relevantes en la memoria de trabajo de los participantes, lo que sugiere que no todas las funciones cognitivas reaccionan de manera uniforme ante exposiciones cortas a la contaminación del aire. Este hallazgo aporta una perspectiva más matizada sobre el impacto del material particulado en el cerebro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 4.2 millones de muertes prematuras anuales en todo el mundo son atribuibles a la contaminación del aire exterior. En 2015, esta cifra estuvo asociada especialmente a la exposición a partículas PM2.5, un tipo de contaminante fino que penetra profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo. La OMS recomienda que las concentraciones de PM2.5 no superen los 15 µg/m³ en un periodo de 24 horas ni excedan los 5 µg/m³ anualmente.

Desde una perspectiva más amplia, los investigadores destacan que la exposición a PM puede ralentizar procesos como la velocidad de procesamiento y la toma de decisiones, además de la atención y el reconocimiento emocional. Entre los mecanismos propuestos causantes de estos efectos están la inflamación sistémica y el daño directo a las células neuronales.

Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio que examina la influencia de diversas fuentes de contaminación en la salud humana, incluyendo emisiones provenientes de la cocina, humo de leña y productos de limpieza. Los resultados tienen implicaciones importantes para la productividad laboral, el desempeño educativo y, en última instancia, para la construcción de políticas públicas que protejan la salud cognitiva de la población.

Algo Curioso

“Incluso una corta exposición puede deteriorar funciones cognitivas esenciales, subrayando el impacto del aire contaminado en la salud humana”

– Señala el artículo en Nature Communications.

Feb 10, 2025
Colglobal News

La contaminación del aire no solo está vinculada con problemas respiratorios y cardiovasculares, sino también con efectos negativos en las capacidades cognitivas, según un estudio reciente realizado con 26 adultos sanos y publicado en Nature Communications. El experimento evaluó el impacto de la exposición a altos niveles de material particulado (PM) durante una hora, generado por el humo de una vela, en comparación con respirar aire limpio. Los resultados arrojaron evidencia significativa de cómo incluso breves exposiciones pueden comprometer la atención selectiva y el reconocimiento emocional.

Después de la exposición a material particulado (PM), los participantes tardaron 13 milisegundos más en reaccionar a estímulos, cuando antes de la exposición no hubo cambio en su tiempo de respuesta. Este aumento en el tiempo de reacción fue estadísticamente significativo (p = 0.024). Además, su capacidad para reconocer emociones como felicidad o temor disminuyó, pasando de 2.78 (desviación estándar 0.47) a 2.56 (desviación estándar 0.56), también con una significación estadística (p = 0.002), lo que indica que estos efectos no fueron producto del azar, sino una consecuencia real de la contaminación.

Sin embargo, los investigadores no encontraron efectos relevantes en la memoria de trabajo de los participantes, lo que sugiere que no todas las funciones cognitivas reaccionan de manera uniforme ante exposiciones cortas a la contaminación del aire. Este hallazgo aporta una perspectiva más matizada sobre el impacto del material particulado en el cerebro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 4.2 millones de muertes prematuras anuales en todo el mundo son atribuibles a la contaminación del aire exterior. En 2015, esta cifra estuvo asociada especialmente a la exposición a partículas PM2.5, un tipo de contaminante fino que penetra profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo. La OMS recomienda que las concentraciones de PM2.5 no superen los 15 µg/m³ en un periodo de 24 horas ni excedan los 5 µg/m³ anualmente.

Desde una perspectiva más amplia, los investigadores destacan que la exposición a PM puede ralentizar procesos como la velocidad de procesamiento y la toma de decisiones, además de la atención y el reconocimiento emocional. Entre los mecanismos propuestos causantes de estos efectos están la inflamación sistémica y el daño directo a las células neuronales.

Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio que examina la influencia de diversas fuentes de contaminación en la salud humana, incluyendo emisiones provenientes de la cocina, humo de leña y productos de limpieza. Los resultados tienen implicaciones importantes para la productividad laboral, el desempeño educativo y, en última instancia, para la construcción de políticas públicas que protejan la salud cognitiva de la población.

La contaminación del aire no solo está vinculada con problemas respiratorios y cardiovasculares, sino también con efectos negativos en las capacidades cognitivas, según un estudio reciente realizado con 26 adultos sanos y publicado en Nature Communications. El experimento evaluó el impacto de la exposición a altos niveles de material particulado (PM) durante una hora, generado por el humo de una vela, en comparación con respirar aire limpio. Los resultados arrojaron evidencia significativa de cómo incluso breves exposiciones pueden comprometer la atención selectiva y el reconocimiento emocional.

Después de la exposición a material particulado (PM), los participantes tardaron 13 milisegundos más en reaccionar a estímulos, cuando antes de la exposición no hubo cambio en su tiempo de respuesta. Este aumento en el tiempo de reacción fue estadísticamente significativo (p = 0.024). Además, su capacidad para reconocer emociones como felicidad o temor disminuyó, pasando de 2.78 (desviación estándar 0.47) a 2.56 (desviación estándar 0.56), también con una significación estadística (p = 0.002), lo que indica que estos efectos no fueron producto del azar, sino una consecuencia real de la contaminación.

Sin embargo, los investigadores no encontraron efectos relevantes en la memoria de trabajo de los participantes, lo que sugiere que no todas las funciones cognitivas reaccionan de manera uniforme ante exposiciones cortas a la contaminación del aire. Este hallazgo aporta una perspectiva más matizada sobre el impacto del material particulado en el cerebro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 4.2 millones de muertes prematuras anuales en todo el mundo son atribuibles a la contaminación del aire exterior. En 2015, esta cifra estuvo asociada especialmente a la exposición a partículas PM2.5, un tipo de contaminante fino que penetra profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo. La OMS recomienda que las concentraciones de PM2.5 no superen los 15 µg/m³ en un periodo de 24 horas ni excedan los 5 µg/m³ anualmente.

Desde una perspectiva más amplia, los investigadores destacan que la exposición a PM puede ralentizar procesos como la velocidad de procesamiento y la toma de decisiones, además de la atención y el reconocimiento emocional. Entre los mecanismos propuestos causantes de estos efectos están la inflamación sistémica y el daño directo a las células neuronales.

Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio que examina la influencia de diversas fuentes de contaminación en la salud humana, incluyendo emisiones provenientes de la cocina, humo de leña y productos de limpieza. Los resultados tienen implicaciones importantes para la productividad laboral, el desempeño educativo y, en última instancia, para la construcción de políticas públicas que protejan la salud cognitiva de la población.

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