Kamala Harris, desde que asumió la candidatura presidencial después de la retirada de Joe Biden, ha avanzado en las encuestas nacionales. Según el rastreador de encuestas de The Guardian, Harris lidera por aproximadamente 2 puntos, habiendo incrementado alrededor de 3 puntos desde su nominación. Comparado con elecciones anteriores, la actual ventaja de Harris es más débil que la de Hillary Clinton en 2016, quien lideraba a Donald Trump por 5 puntos, y la de Joe Biden en 2020 con 6.3 puntos.
En estados clave como Georgia y Arizona, Harris ha logrado cerrar la brecha o incluso superar a Trump, ganando más de 4 puntos desde la salida de Biden. No obstante, en siete estados cruciales, la diferencia entre Harris y Trump es de solo 2 puntos, situándose dentro del margen de error, lo que añade un nivel significativo de incertidumbre al posible resultado.
El análisis de los swing states, o estados en disputa, señala que la competencia se definirá en lugares con un número específico de votos electorales, siendo Pennsylvania, Arizona y Georgia particularmente críticos. En este momento, se consideran siete estados como "toss-up" o indefinidos, lo que deja a los demócratas con 226 votos electorales proyectados y a los republicanos con 219.
Para conseguir los 270 votos electorales necesarios para ganar, Harris debe mantener su apoyo en estados como Michigan, Pennsylvania y Wisconsin. Trump, en cambio, necesitaría asegurar al menos dos estados que actualmente se inclinan hacia los demócratas para prevalecer.
La precisión de las encuestas sigue siendo un tema de debate, especialmente después de que en 2016 y 2020 subestimaron el apoyo a Trump. En Wisconsin, los errores de muestreo en 2020 alcanzaron hasta 7.7 puntos, lo que ha llevado a los analistas a revisar y ajustar sus métodos, incluyendo el peso por nivel educativo.
En conclusión, a pesar de la ventaja reciente en las encuestas nacionales, la contienda presidencial de 2024 sigue siendo extremadamente ajustada y cada pequeño cambio en el apoyo podría resultar decisivo.