Salud

Estudio Revela Que Patrones de Sueño Irregulares Elevan el Riesgo de Accidentes Cerebrovasculares y Ataques Cardíacos

Investigadores han descubierto que los patrones de sueño irregulares incrementan en un 26% el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares adversos importantes, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, de acuerdo con un estudio basado en datos de 72,269 personas.

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Estudio Revela Que Patrones de Sueño Irregulares Elevan el Riesgo de Accidentes Cerebrovasculares y Ataques Cardíacos

Investigadores han descubierto que los patrones de sueño irregulares incrementan en un 26% el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares adversos importantes, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, de acuerdo con un estudio basado en datos de 72,269 personas.

“La regularidad del sueño puede ser más relevante que la duración del mismo para la salud cardiovascular”

- Destacó el estudio.

12/1/2025

Un reciente estudio del UK Biobank, el más completo de su tipo, ha revelado que los patrones de sueño irregulares están asociados con un aumento del 26% en el riesgo de eventos cardiovasculares adversos importantes (MACE), tales como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. La investigación analizó datos de 72,269 personas de entre 40 y 79 años que usaron un rastreador de actividad durante siete días para medir sus patrones de sueño.

Patrones de Sueño Irregulares: Se define como irregulares aquellos que tienen un Índice de Regularidad del Sueño (SRI) menor a 71.6. Un SRI entre 71.6 y 87.3 se considera moderadamente irregular, mientras que uno superior a 87.3 se considera regular.

Riesgos Asociados: Los participantes con patrones de sueño irregulares tienen un riesgo 26% mayor de sufrir un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o ataque cardíaco en comparación con aquellos con patrones regulares. Los durmientes moderadamente irregulares tienen un riesgo 8% mayor. La relación entre el SRI y el riesgo de MACE es casi lineal; a medida que el SRI mejora, el riesgo de MACE disminuye.

Duración del Sueño: La duración recomendada de sueño para adultos de 18 a 64 años es de 7 a 9 horas por noche, y de 7 a 8 horas para aquellos de 65 años o más. El 61% de los durmientes regulares cumple con esta recomendación, en contraste con el 48% de los durmientes irregulares. Para los durmientes moderadamente irregulares, cumplir con la duración de sueño recomendada puede reducir su riesgo (HR 1.07, IC 95% 0.96 a 1.18), pero esto no aplica a los durmientes irregulares (HR 1.19, IC 95% 1.06 a 1.35).

Importancia de la Regularidad: Los investigadores sugieren que la regularidad del sueño podría ser más crucial que su duración para la salud cardiovascular. Recomiendan que las personas mantengan una rutina de sueño constante, acostándose y despertándose dentro del mismo intervalo de 30 minutos cada día, incluidos los fines de semana.

Limitaciones del Estudio: Si bien es un estudio observacional, y por tanto no puede establecer una relación de causa y efecto definitiva, los hallazgos indican una fuerte asociación entre la irregularidad del sueño y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos en adultos.

Estos hallazgos destacan la importancia de considerar la regularidad del sueño como un factor de riesgo en las pautas de salud pública y la práctica clínica relacionadas con las enfermedades cardiovasculares.

Algo Curioso

“La regularidad del sueño puede ser más relevante que la duración del mismo para la salud cardiovascular”

- Destacó el estudio.

Jan 12, 2025

Un reciente estudio del UK Biobank, el más completo de su tipo, ha revelado que los patrones de sueño irregulares están asociados con un aumento del 26% en el riesgo de eventos cardiovasculares adversos importantes (MACE), tales como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. La investigación analizó datos de 72,269 personas de entre 40 y 79 años que usaron un rastreador de actividad durante siete días para medir sus patrones de sueño.

Patrones de Sueño Irregulares: Se define como irregulares aquellos que tienen un Índice de Regularidad del Sueño (SRI) menor a 71.6. Un SRI entre 71.6 y 87.3 se considera moderadamente irregular, mientras que uno superior a 87.3 se considera regular.

Riesgos Asociados: Los participantes con patrones de sueño irregulares tienen un riesgo 26% mayor de sufrir un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o ataque cardíaco en comparación con aquellos con patrones regulares. Los durmientes moderadamente irregulares tienen un riesgo 8% mayor. La relación entre el SRI y el riesgo de MACE es casi lineal; a medida que el SRI mejora, el riesgo de MACE disminuye.

Duración del Sueño: La duración recomendada de sueño para adultos de 18 a 64 años es de 7 a 9 horas por noche, y de 7 a 8 horas para aquellos de 65 años o más. El 61% de los durmientes regulares cumple con esta recomendación, en contraste con el 48% de los durmientes irregulares. Para los durmientes moderadamente irregulares, cumplir con la duración de sueño recomendada puede reducir su riesgo (HR 1.07, IC 95% 0.96 a 1.18), pero esto no aplica a los durmientes irregulares (HR 1.19, IC 95% 1.06 a 1.35).

Importancia de la Regularidad: Los investigadores sugieren que la regularidad del sueño podría ser más crucial que su duración para la salud cardiovascular. Recomiendan que las personas mantengan una rutina de sueño constante, acostándose y despertándose dentro del mismo intervalo de 30 minutos cada día, incluidos los fines de semana.

Limitaciones del Estudio: Si bien es un estudio observacional, y por tanto no puede establecer una relación de causa y efecto definitiva, los hallazgos indican una fuerte asociación entre la irregularidad del sueño y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos en adultos.

Estos hallazgos destacan la importancia de considerar la regularidad del sueño como un factor de riesgo en las pautas de salud pública y la práctica clínica relacionadas con las enfermedades cardiovasculares.

Un reciente estudio del UK Biobank, el más completo de su tipo, ha revelado que los patrones de sueño irregulares están asociados con un aumento del 26% en el riesgo de eventos cardiovasculares adversos importantes (MACE), tales como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. La investigación analizó datos de 72,269 personas de entre 40 y 79 años que usaron un rastreador de actividad durante siete días para medir sus patrones de sueño.

Patrones de Sueño Irregulares: Se define como irregulares aquellos que tienen un Índice de Regularidad del Sueño (SRI) menor a 71.6. Un SRI entre 71.6 y 87.3 se considera moderadamente irregular, mientras que uno superior a 87.3 se considera regular.

Riesgos Asociados: Los participantes con patrones de sueño irregulares tienen un riesgo 26% mayor de sufrir un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o ataque cardíaco en comparación con aquellos con patrones regulares. Los durmientes moderadamente irregulares tienen un riesgo 8% mayor. La relación entre el SRI y el riesgo de MACE es casi lineal; a medida que el SRI mejora, el riesgo de MACE disminuye.

Duración del Sueño: La duración recomendada de sueño para adultos de 18 a 64 años es de 7 a 9 horas por noche, y de 7 a 8 horas para aquellos de 65 años o más. El 61% de los durmientes regulares cumple con esta recomendación, en contraste con el 48% de los durmientes irregulares. Para los durmientes moderadamente irregulares, cumplir con la duración de sueño recomendada puede reducir su riesgo (HR 1.07, IC 95% 0.96 a 1.18), pero esto no aplica a los durmientes irregulares (HR 1.19, IC 95% 1.06 a 1.35).

Importancia de la Regularidad: Los investigadores sugieren que la regularidad del sueño podría ser más crucial que su duración para la salud cardiovascular. Recomiendan que las personas mantengan una rutina de sueño constante, acostándose y despertándose dentro del mismo intervalo de 30 minutos cada día, incluidos los fines de semana.

Limitaciones del Estudio: Si bien es un estudio observacional, y por tanto no puede establecer una relación de causa y efecto definitiva, los hallazgos indican una fuerte asociación entre la irregularidad del sueño y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos en adultos.

Estos hallazgos destacan la importancia de considerar la regularidad del sueño como un factor de riesgo en las pautas de salud pública y la práctica clínica relacionadas con las enfermedades cardiovasculares.

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