Los incendios forestales que azotan California han causado la muerte de al menos 11 personas, arrasado aproximadamente 10,000 estructuras y obligado a la evacuación de más de 150,000 personas. Las condiciones climáticas, caracterizadas por vientos fuertes y baja humedad, han exacerbado la propagación de las llamas, lo que llevó a la Oficina Nacional de Meteorología de EE. UU. a emitir alertas de "bandera roja" debido a las condiciones críticas para el fuego.
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Uno de los incendios más devastadores, el de Palisades, ha destruido más de 21,300 acres y se encuentra con solo un 8% de contención. Este incendio ha arrasado alrededor de 5,000 estructuras, incluidas muchas residencias en el vecindario de Pacific Palisades. Otro incendio de gran magnitud, el de Eaton cerca de Pasadena, ha calcinado casi 14,000 acres y afectado a más de 5,000 estructuras, y solo se ha logrado contener un 3%. En las colinas sobre Sylmar, el incendio Hurst está aproximadamente 37% contenido.
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Las labores de los equipos de emergencia se han visto afectadas por los recortes presupuestarios, una preocupación expresada por la jefa de bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, quien mencionó que un recorte de $17 millones en el presupuesto de su departamento ha mermado significativamente su capacidad de respuesta. Además, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha sido criticada por su ausencia durante las primeras 24 horas de la crisis, ya que se encontraba en Ghana en una delegación oficial.
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En medio del caos, al menos 20 personas han sido arrestadas por saqueo en las zonas evacuadas. Para garantizar la seguridad, se ha implementado un toque de queda obligatorio en estas áreas y en la ciudad de Santa Mónica.
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Más allá de la devastación material, los incendios han tenido un impacto significativo en las comunidades de clase trabajadora y media. Varias personas que decidieron no evacuar murieron a causa de las llamas. Las condiciones climáticas adversas y la falta de precipitaciones han dificultado aún más los esfuerzos de los equipos de extinción.
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En total, los incendios han quemado alrededor de 57 millas cuadradas, un área mayor que la ciudad de San Francisco. A medida que los bomberos continúan trabajando para contener las llamas, las autoridades instan a los residentes a seguir las órdenes de evacuación y mantenerse informados sobre las actualizaciones y recomendaciones de seguridad.