El 27 de agosto de 2024, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) llevaron a cabo una notable operación para rescatar a Qaid Farhan Alkadi, un hombre beduino de 52 años secuestrado por Hamas el 7 de octubre de 2023. Alkadi, quien había sido capturado en el Kibbutz Magen, donde trabajaba como guardia de seguridad en una fábrica de empaques, fue liberado después de pasar 326 días en cautiverio.
El ataque de Hamas que llevó al secuestro de Alkadi fue parte de una ofensiva más amplia que resultó en la captura de aproximadamente 250 personas y la muerte de alrededor de 1,200 individuos, en su mayoría civiles. La operación de rescate fue llevada a cabo por la unidad de comandos Shayetet 13, que, gracias a inteligencia precisa, localizó a Alkadi en un túnel subterráneo en el sur de la Franja de Gaza.
Tras su liberación, Alkadi fue trasladado al Centro Médico Soroka en Beersheba. Aunque se encontraba visiblemente demacrado, su condición fue reportada como estable. En el hospital, fue recibido por su familia, incluida su numerosa prole de 11 hijos y sus dos esposas.
El contraalmirante Daniel Hagari confirmó que Alkadi fue rescatado de un túnel y había estado en diversos lugares durante su cautiverio. El Ministro de Defensa, Yoav Gallant, elogió la valentía y la precisión del operativo militar.
El Hostages and Missing Families Forum, grupo que representa a las familias de los rehenes aún retenidos, calificó el rescate como un milagro, pero subrayó que las operaciones militares no son suficientes para liberar a los 108 rehenes que todavía permanecen en manos de Hamas. En el contexto de las negociaciones para un alto el fuego y la liberación de más rehenes, la situación sigue siendo tensa, sin avances significativos hasta la fecha.
Desde el inicio de este conflicto, más de 40,000 palestinos han perdido la vida y el 90% de la población de Gaza, estimada en 2.3 millones de personas, ha sido desplazada. Dentro del complejo entramado del conflicto, se estima que de los 108 rehenes que permanecen en Gaza, más de 40 están muertos.
La liberación de Alkadi ha ofrecido un escape de esperanza en medio de la violencia prolongada, destacando la gravedad de la situación de los rehenes restantes y las crecientes presiones sobre el gobierno israelí para encontrar soluciones eficaces.