Tomiko Itooka, reconocida oficialmente como la persona más anciana del mundo en septiembre de 2024, falleció a los 116 años el pasado 29 de diciembre en un hogar de cuidado en Ashiya, prefectura de Hyogo, Japón. Nacida el 23 de mayo de 1908, Itooka vivió un siglo marcado por eventos históricos y cambios tecnológicos significativos, habiendo presenciado el lanzamiento del Ford Model T y la Primera Guerra Mundial en sus primeros años de vida.
Tras la muerte de María Branyas Morera en septiembre de 2024, quien tenía 117 años, Itooka fue confirmada como la persona más anciana del mundo. Durante su extensa vida, experimentó dos guerras mundiales y fue testigo de múltiples avances tecnológicos. Fue la mayor de tres hermanos y tuvo aficiones diversas como el voleibol y el montañismo, destacando sus ascensos al Monte Ontake de 3,067 metros en dos ocasiones.
En el ámbito personal, Itooka se casó a los 20 años y tuvo dos hijas y dos hijos. Durante la Segunda Guerra Mundial, se hizo cargo de la oficina de la fábrica textil de su marido. A la muerte de éste en 1979, continuó viviendo sola hasta su traslado a un hogar de cuidado en años recientes. Al momento de su fallecimiento, Itooka deja un hijo, una hija y cinco nietos.
Su longevidad fue celebrada ampliamente, recibiendo flores, un pastel y una tarjeta del alcalde de Ashiya, Ryosuke Takashima, en su 116º cumpleaños el pasado 23 de mayo de 2024. Takashima destacó en esa ocasión que Itooka había sido una fuente de inspiración para la comunidad. En su vejez, Itooka disfrutaba de plátanos y de una bebida láctea japonesa llamada Calpis.
Japón, reconocido por su longevidad, contaba con más de 95,000 personas de 100 años o más a partir de septiembre de 2024, con un 88% de esa población siendo mujeres. Tras la muerte de Itooka, el título de la persona más anciana del mundo recae ahora en Inah Canabarro Lucas, una monja brasileña nacida apenas 16 días después de Itooka.
Un servicio fúnebre privado se llevó a cabo con la asistencia de familiares y amigos, quienes recordaron a Tomiko Itooka por su vida excepcionalmente larga y llena de cambios históricos.