El asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, en Nueva York el pasado 4 de diciembre de 2024, ha generado un intenso debate sobre la violencia en la protesta contra el sistema de salud en Estados Unidos y ha puesto de relieve el creciente descontento hacia la industria de seguros. Thompson, de 50 años, fue abatido por Luigi Mangione, un hombre de 26 años, quien utilizó una pistola impresa en 3D para cometer el crimen.
En la escena se encontraron tres casquillos con las inscripciones "delay" (retrasar), "deny" (denegar) y "depose" (deponer), coincidentes con el título de un libro crítico sobre el sector de seguros de salud. Mangione había expresado su desprecio hacia la industria de seguros en redes sociales, calificándola de "parasitarias". Además, se encontró una nota en su mochila que decía: “Francamente, estos parásitos se lo merecían”.
Mangione había interrumpido el contacto con familiares y amigos seis meses antes del crimen. Las autoridades investigan si la motivación detrás del asesinato fue ideológica, relacionada con un trastorno psiquiátrico o una hipocondría exacerbada.
UnitedHealthcare, la aseguradora más grande de EE. UU. con ingresos de 371.600 millones de dólares en 2023 (un aumento del 14,6% respecto al año anterior), ha estado en el centro de numerosas controversias. Entre 2019 y 2022, la compañía duplicó su tasa de denegación de solicitudes de autorización previa para atención posaguda. Durante la gestión de Thompson, se implementó un algoritmo que expulsaba a pacientes de Medicare de residencias de ancianos, lo que generó sufrimiento en muchos.
El arresto de Mangione ha desatado amenazas y acoso hacia otros ejecutivos de la industria de seguros de salud. Mientras algunos lo ven como un "héroe" o "mártir", otros, incluidos funcionarios como el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, han condenado firmemente la violencia. "La violencia no es la respuesta a las injusticias percibidas. La justicia debe buscarse de manera pacífica y legal", afirmó Shapiro.
En Manhattan aparecieron carteles de "se busca" con fotos de CEOs de compañías de seguros, acusándolos de "negar atención médica para obtener ganancias corporativas". La situación refleja el fuerte descontento social hacia un sector que genera grandes ingresos mientras enfrenta críticas por la negación de servicios médicos esenciales.
La investigación está en curso y las huellas dactilares de Mangione coinciden con objetos hallados cerca de la escena del crimen. Aunque las pruebas materiales apuntan a su culpabilidad, su abogado defiende la presunción de inocencia, argumentando que debe considerarse el estado mental de su cliente.
Este caso pone de manifiesto la difícil relación entre la sociedad y las grandes corporaciones de salud, y abre un debate sobre las formas de protesta y las limitaciones éticas y legales de las mismas.