Durante su conferencia de prensa anual, el presidente ruso Vladimir Putin abordó múltiples aspectos sobre la guerra en Ucrania y su impacto en Rusia. Putin aseguró que el conflicto ha fortalecido a Rusia, convirtiéndola en una "verdadera nación soberana" con una capacidad militar que describió como "la más fuerte del mundo". Según el mandatario, las fuerzas rusas están recuperando territorio en Ucrania "por kilómetros cuadrados" y avanzan hacia sus objetivos en lo que denomina la "operación militar especial".
En un controvertido desafío, Putin propuso un "duelo" entre el nuevo misil hipersónico ruso, conocido como Oreshnik, y los sistemas de defensa aérea de Estados Unidos y sus aliados. El Oreshnik, capaz de alcanzar velocidades de hasta Mach 10, es considerado difícil de interceptar por los sistemas de defensa actuales. Putin sugirió que Ucrania podría concentrar sus sistemas de defensa en un objetivo específico en Kyiv para demostrar la efectividad del misil.
El mandatario también expresó su disposición a negociar y hacer compromisos para poner fin al conflicto, pero bajo ciertas condiciones que incluyen la no adhesión de Ucrania a la OTAN y el levantamiento de las sanciones occidentales contra Rusia. Sin embargo, rechazó la idea de un alto el fuego inmediato, abogando en su lugar por un acuerdo que ofrezca "garantías a largo plazo".
Putin reconoció los desafíos económicos derivados de la guerra, admitiendo que la inflación en Rusia es del 9.3% y que la tasa de interés del banco central se elevó a un récord del 21% en octubre como resultado del aumento del gasto militar. No obstante, afirmó que los salarios y los ingresos reales disponibles han crecido.
En otro aspecto, Putin se refirió al asesinato del teniente general Igor Kirillov en Moscú, calificándolo como un "grave fracaso" de los servicios de inteligencia rusos. Este incidente ha suscitado preocupación tanto dentro como fuera de Rusia.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, calificó de "estúpida" la propuesta de duelo de misiles, subrayando que "las personas están muriendo y él piensa que es 'interesante'". Esta reacción refleja el profundo descontento y la tensión entre ambas naciones.
El conflicto ha generado un creciente descontento entre la población rusa, con encuestas indicando que muchos ciudadanos están cansados del conflicto y preocupados por el aumento de precios. En un contexto internacional, estas tensiones también se ven exacerbadas por la caída del aliado de Rusia en Siria, Bashar al-Assad. Sin embargo, Putin afirmó que esto no representa un retroceso para Rusia, ya que el objetivo de destruir grupos terroristas en Siria se ha cumplido.