El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el 5 de septiembre de 2024 que Dimitri Simes, un exasesor de la campaña presidencial de Donald Trump en 2016, y su esposa, Anastasia Simes, han sido acusados de violar las sanciones de EE. UU. y de lavado de dinero.
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Dimitri Simes, actual presentador de televisión rusa, fue compensado con más de $1 millón, un automóvil personal, un conductor y un estipendio para un apartamento en Moscú desde junio de 2022. Simes trabajó para Channel One, una estación de televisión estatal rusa sancionada por EE. UU. en 2022 debido a la invasión de Ucrania. Enfrenta cargos de conspiración para violar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), violación de la IEEPA y conspiración para cometer lavado de dinero, cada uno con un máximo de hasta 20 años de prisión.
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Anastasia Simes está acusada de adquirir arte y antigüedades a nombre de Aleksandr Udodov, un oligarca ruso sancionado, y de almacenar esos artículos en su hogar en Virginia antes de enviarlos a Rusia. También enfrenta cargos de violación de sanciones estadounidenses y de lavado de dinero, además de recibir fondos de Udodov, quien fue sancionado en febrero de 2023.
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Si son condenados, la pareja podría enfrentar hasta 20 años de prisión por cada uno de los cargos. Ambos se encuentran en Rusia, habiendo abandonado EE. UU. tras la invasión de Ucrania.
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Dimitri Simes, de 76 años, es una figura prominente en la política rusa y ha mantenido contactos con miembros del círculo cercano de Trump, incluyendo a Jared Kushner. Su think tank, el Center for the National Interest, fue investigado por el fiscal especial Robert Mueller en relación con la interferencia rusa en las elecciones de 2016.
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Dimitri Simes Jr., su hijo, ha utilizado redes sociales para defender a sus padres, acusando a la administración Biden de intimidación.
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En una acción relacionada, el Departamento del Tesoro de EE. UU. sancionó el mismo día a Margarita Simonyan y otros empleados de RT por operar una red de desinformación en EE. UU., que involucró a influencers conservadores estadounidenses, quienes recibieron casi $10 millones de medios estatales rusos. Robert Mueller investigó previamente al Center for the National Interest, dirigido por Dimitri Simes, por su posible implicación en la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.