Ana Toni, directora ejecutiva de la COP30, subrayó la importancia urgente de aumentar los esfuerzos internacionales contra el cambio climático, advirtiendo que su impacto podría actuar como un catalizador para profundizar desigualdades y pobreza, lo que eventualmente podría desencadenar conflictos bélicos. Toni considera que el cambio climático amenaza directamente la estabilidad y seguridad global.

La COP30 se llevará a cabo en Belém, Brasil, donde se espera que las naciones presenten planes nacionales ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el marco de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), parte del Acuerdo de París de 2015. Sin embargo, las preparaciones se complican debido a tensiones en el marco geopolítico actual, que afectan las decisiones climáticas y de financiamiento.

En un llamado a priorizar el clima, Toni sugirió que algunos países integren gastos relacionados con la crisis climática dentro de sus presupuestos de defensa, aludiendo que no abordar adecuadamente este problema podría poner en riesgo la seguridad futura de las naciones. Alemania, por ejemplo, ha firmado un acuerdo de coalición destinando 100 mil millones de euros (85 mil millones de libras) para asuntos climáticos en un período de 12 años, mientras incrementa también su inversión en defensa. En contraste, el Reino Unido ha optado por recortar su ayuda exterior y considera reducir el presupuesto de Great British Energy, enfocado en energía renovable, para financiar aumentos en gastos de defensa.

En cuanto a estrategias globales, Brasil, en colaboración con Azerbaiyán, está elaborando una hoja de ruta que busca garantizar que los países desarrollados cumplan el compromiso de otorgar 300 mil millones de dólares (230 mil millones de libras) anuales en financiamiento climático a países en desarrollo para 2035. Este esfuerzo está orientado a impulsar la reducción de brechas y responder a las exigencias de transición energética.

Por otro lado, Toni también analizó el papel de China en este contexto, asegurando que la salida de Estados Unidos del liderazgo climático bajo la administración de Donald Trump no ha debilitado los compromisos del país asiático para reducir sus emisiones de carbono. Asimismo, destacó que la transición de combustibles fósiles debe ser una prioridad en los próximos NDC de todas las naciones.

Finalmente, Toni enfatizó que los planes nacionales enmarcados en el Acuerdo de París deben servir como instrumentos de inversión para atraer financiamiento tanto público como privado, subrayando que el desarrollo económico no puede desligarse de la acción climática. Considera que la integración de perspectivas climáticas en los planes de desarrollo es esencial para afrontar los desafíos del futuro.

La ciudad de Belém, sede de la COP30, está ubicada en el corazón de la cuenca amazónica, uno de los ecosistemas clave en la lucha contra el cambio climático al ser un sumidero natural de carbono.