En una colaboración internacional liderada por la Universidad de Tecnología de Graz (TU Graz) en Austria y el Instituto de Tecnología de Vellore (VIT) en India, los investigadores han desarrollado una tecnología disruptiva para la industria cosmética: piel impresa en 3D equipada con células vivas, creada para realizar pruebas de nanopartículas cosméticas, eliminando la necesidad de experimentación con animales.
La base de este proyecto es la utilización de hidrogeles, materiales sintéticos que simulan tejidos biológicos y brindan un entorno flexible y húmedo, ideal para albergar células cutáneas vivas. El diseño de la piel replica la estructura de tres capas y la biomecánica natural de la piel humana, un elemento crucial para que las pruebas sean lo más precisas y realistas posibles.

El desarrollo de esta piel impresa en 3D tiene una duración de entre dos y tres semanas, tiempo requerido para que las estructuras impresas generen tejido cutáneo funcional. Hasta ahora, se han realizado pruebas iniciales con hidrogeles en cultivos celulares, mostrando resultados prometedores: los materiales entrecruzados utilizados son mecánicamente estables y no dañan las células vivas.
Este avance se alinea con regulaciones como la Directiva 2010/63/EU de la Unión Europea, que impone fuertes restricciones a las pruebas en animales para cosméticos, fomentando la búsqueda de métodos alternativos. En este contexto, las investigaciones con piel impresa en 3D buscan resolver cuestiones éticas mientras mantienen la fiabilidad en el testeo de seguridad para nuevos productos cosméticos.

La historia de las alternativas a las pruebas en animales en la industria cosmética no es reciente. En 2011, L'Oréal introdujo un modelo de reconstrucción de piel denominado Episkin por un costo aproximado de 70 USD por muestra. Posteriormente, en 2015, la firma francesa se asoció con Organovo, una compañía especializada en bioimpresión 3D, para explorar más adelantos en esta línea. En 2024, L'Oréal presentó los resultados de esta colaboración en el evento VivaTech, celebrado en París.
La posibilidad de disponer de modelos de piel fabricados mediante impresión 3D no solo ofrece una solución ética al eliminar las pruebas con animales, sino que también abre la puerta a métodos potencialmente más efectivos y reproducibles para probar la seguridad de los productos cosméticos. Los investigadores subrayan que este proyecto constituye un paso relevante en la transición hacia procesos de desarrollo de productos más sostenibles y humanitarios en la industria.
La piel impresa en 3D tiene la capacidad de imitar tanto la estructura como la funcionalidad mecánica de la piel humana, un logro que combina ingeniería avanzada y biología celular en una innovadora solución tecnológica.