Un ataque aéreo israelí en la escuela al-Jaouni, ubicada en el campo de refugiados de Nuseirat, Gaza, provocó al menos 18 muertes, incluyendo seis trabajadores de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA). Este trágico suceso ha sido identificado como el más letal para el personal de UNRWA desde el comienzo del conflicto en octubre de 2023.
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La escuela al-Jaouni proporcionaba refugio a unas 12,000 personas, predominantemente mujeres y niños, desplazados por el conflicto. Este fue el quinto ataque que la escuela sufrió desde el inicio de la guerra. Más del 90% de la población de Gaza se encuentra desplazada, y muchas familias se han visto obligadas a buscar refugio en instalaciones educativas a pesar de los ataques continuos.
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El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó el ataque como "totalmente inaceptable" y una violación de las leyes humanitarias internacionales. Josep Borrell, diplomático de la UE, también mostró su indignación, destacando la falta de respeto a los principios de protección de civiles. Asimismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania condenó el ataque e instó a Israel a proteger al personal de la ONU y a los trabajadores humanitarios.
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Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) justificaron el ataque alegando que se dirigieron a un "centro de mando y control" de Hamas que operaba en la escuela, aunque no ofrecieron pruebas contundentes para respaldar esta afirmación. Las IDF indicaron que se implementaron medidas para reducir el riesgo de daño a civiles, incluyendo el uso de municiones precisas y vigilancia aérea.
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Las repercusiones humanitarias del conflicto han sido devastadoras. Desde el inicio de las hostilidades, han fallecido más de 41,000 personas en Gaza, según el ministerio de salud de la región, y más de 95,000 han resultado heridas, con un cuarto de estos casos presentando "lesiones que cambian la vida". La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que al menos 22,500 personas requerirán servicios de rehabilitación a largo plazo, en medio de una infraestructura de salud severamente dañada.
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El conflicto se agudizó después de un ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, que dejó aproximadamente 1,200 muertos en Israel y resultó en la toma de 250 rehenes. Este evento desencadenó una serie de ataques aéreos y bombardeos, resultando en un alto costo en vidas civiles y daños significativos a la infraestructura humanitaria.
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El reciente ataque ha intensificado el llamado internacional para proteger las instalaciones civiles y la urgencia de un alto el fuego en la región. La escuela al-Jaouni había sido blanco de ataques en cinco ocasiones desde que comenzó la guerra, reflejando la precariedad y los riesgos constantes a los que se enfrentan los refugiados y trabajadores humanitarios en Gaza.