Investigadores de ETH Zurich y del Hospital Universitario de Zurich están explorando una nueva aplicación para el antidepresivo vortioxetine, que ha mostrado resultados prometedores como tratamiento para el glioblastoma, uno de los tipos más agresivos de cáncer cerebral. En estudios preclínicos realizados, vortioxetine ha demostrado ser eficaz en la supresión del crecimiento tumoral tanto en muestras de tejido humano como en modelos con ratones.
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El mecanismo de acción de vortioxetine se basa en la activación de vías de señalización que inhiben la división celular, un proceso crítico en el desarrollo del cáncer. Para llegar a esta conclusión, los investigadores evaluaron 132 fármacos en 27 muestras de pacientes con glioblastoma y encontraron que vortioxetine estaba entre los más efectivos para frenar la proliferación de células cancerosas.
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En los estudios con modelos de ratones, los resultados fueron alentadores. Aquellos tratados con vortioxetine presentaron tasas de supervivencia un 20-30% mayores en comparación con los que recibieron solo quimioterapia estándar. Estos indicios sugieren que vortioxetine podría potenciar la eficacia de los tratamientos actuales.
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A pesar de los resultados positivos, los investigadores subrayan que es necesario realizar ensayos clínicos en humanos para determinar las dosis adecuadas y confirmar la eficacia del fármaco en pacientes. "Vortioxetine es seguro y rentable, lo que podría facilitar su integración rápida en los protocolos de tratamiento," afirmó el neurólogo Michael Weller, líder del estudio.
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El panorama actual para el tratamiento del glioblastoma es desalentador. Aproximadamente el 95% de los pacientes pierden la batalla contra esta enfermedad dentro de los cinco años posteriores al diagnóstico. Los tratamientos convencionales incluyen principalmente quimioterapia y radioterapia, pero aún no existe una cura definitiva.
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La investigación liderada por ETH Zurich y el Hospital Universitario de Zurich utilizó tejido cultivado de pacientes con glioblastoma y evaluó los efectos del fármaco en un entorno controlado. Los resultados mostraron que vortioxetine redujo significativamente el crecimiento y la invasividad del tumor, según las resonancias magnéticas realizadas 38 días después del inicio del tratamiento.
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El equipo de investigación se está preparando para llevar a cabo ensayos clínicos que permitan explorar más a fondo el potencial de vortioxetine como tratamiento del glioblastoma. Su objetivo es ofrecer una nueva esperanza a las aproximadamente 250,000 personas diagnosticadas con este tipo de cáncer cada año.
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La prometedora actuación de vortioxetine en los ensayos preclínicos pone de relieve la relevancia de reutilizar medicamentos existentes para abordar enfermedades complejas como el cáncer. Las futuras investigaciones determinarán su viabilidad en los entornos clínicos y su posible combinación con terapias estándar. El glioblastoma es conocido por su resistencia a muchos tratamientos convencionales, lo que hace que la búsqueda de alternativas terapéuticas, como la reutilización de fármacos, sea un campo de investigación particularmente activo.