Una investigación reciente del Silent Spring Institute ha revelado que 414 de los más de 900 químicos utilizados en productos plásticos están vinculados al cáncer de mama. Entre estos compuestos tóxicos se encuentran los PFAS, ftalatos, parabenos y aminas aromáticas, frecuentemente añadidos a envases de alimentos, productos de cuidado personal y plásticos de un solo uso, lo que hace que la exposición a estos químicos sea casi inevitable.
Según el estudio, estos químicos pueden causar tumores mamarios en animales, afectar la síntesis hormonal o ser genotóxicos, presentando una combinación de estos efectos. Los ftalatos, por ejemplo, se utilizan para evitar que los plásticos se vuelvan quebradizos, mientras que los PFAS se emplean para prevenir que los contenidos se adhieran a los envases o para formar barreras protectoras.
El Silent Spring Institute identificó que las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas con cáncer antes de los 50 años, y el cáncer de mama es un factor principal en estas elevadas tasas. Además, se ha expresado una preocupación específica sobre las aminas aromáticas, que son comunes y poseen una alta carcinogenicidad según los datos toxicológicos disponibles.
A pesar del conocimiento sobre los riesgos que presentan estos químicos, la regulación de los plásticos sigue siendo limitada. Este hecho se debe en gran medida al poder de cabildeo de la industria petroquímica y de plásticos. No obstante, se ha demostrado que la regulación puede ser efectiva. Un ejemplo claro es la ley Proposition 65 de California, que al incluir ciertos ftalatos ha logrado reducir sus niveles en la sangre de los californianos.
Las autoras del estudio sugieren que para manejar de manera más efectiva estos químicos tóxicos, los reguladores deben abordar las clases de químicos en lugar de cada químico de manera individual. Asimismo, resaltan la importancia de reducir la producción de plásticos. El tratado sobre plásticos respaldado por la ONU podría ser una herramienta efectiva en este sentido, aunque su avance se ha visto obstaculizado por la resistencia de naciones productoras de petróleo, como Estados Unidos.
A nivel individual, se recomienda a las mujeres que tomen medidas para protegerse, como evitar el uso de plásticos en utensilios de cocina y envases de alimentos, lo cual podría reducir significativamente la exposición a estos químicos. Se estima que los productos plásticos contienen al menos 144 tipos diferentes de compuestos tóxicos utilizados para diversas funciones, incrementando la dificultad de regulación y control de estos químicos.