Investigadores de la Universidad de St Andrews han encontrado que la exposición a la contaminación del aire está asociada con un aumento significativo en el riesgo de admisiones hospitalarias por problemas de salud mental y física. Este exhaustivo análisis incluyó datos de 202,237 personas mayores de 17 años, recopilados entre 2002 y 2017. Los principales contaminantes analizados fueron el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2), y material particulado de diferentes tamaños (PM10 y PM2.5).
El estudio, publicado en la revista BMJ Open, reveló que un incremento en la exposición al NO2 está directamente relacionado con un aumento en las hospitalizaciones por trastornos de comportamiento y enfermedades mentales. Los niveles promedio de NO2 y PM2.5 registrados fueron de 12 μg/m³ y justo por encima de 7 μg/m³, respectivamente, cifras que superan las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2021.
Además, se constató que cada aumento de 1 μg/m³ en los niveles de PM2.5 y NO2 se asoció con incrementos del 4% y del 1% en las tasas de admisiones hospitalarias por enfermedades respiratorias, respectivamente. Otros contaminantes como el SO2 y el PM10 también fueron evaluados, con niveles promedio de 2 μg/m³ y poco más de 11 μg/m³, respectivamente.
Este análisis se basó en los datos del Scottish Longitudinal Study, que representa el 5% de la población escocesa, evaluando anualmente la exposición a la contaminación del aire. Sin embargo, los autores del estudio reconocen que este enfoque anual puede haber enmascarado variaciones estacionales, potencialmente subestimando algunos efectos.
Los investigadores concluyeron que son necesarias medidas medioambientales más estrictas para mitigar estos efectos adversos en la salud. Políticas como la creación de zonas de cero emisiones y el fomento de la energía renovable fueron sugeridas como posibles soluciones para reducir la carga hospitalaria a largo plazo, mejorando así la salud pública.