China ha revelado un plan ambicioso para transformar el panorama global de la robótica y la inteligencia artificial. Con una inversión de más de 959 millones de dólares, el gobierno chino y el sector privado buscan desplegar un ejército de más de un millón de robots para 2025. Empresas destacadas como BYD y Huawei están liderando esta iniciativa, con centros de operaciones en Chongqing y Hangzhou.
Los robots, que incluyen modelos bípedos y sobre ruedas, están diseñados para realizar tareas en diversos sectores. En los hogares, los robots se encargarán de la limpieza, la cocina y el cuidado de personas mayores. En la industria, se centrarán en la automatización de cadenas de producción, con especial atención en la automoción para 2030. En el ámbito de la salud, estos robots facilitarán la logística interna en hospitales y asistirán en procedimientos quirúrgicos. En la agricultura, ayudarán en tareas de cultivo y cosecha.
Estas máquinas avanzadas contarán con sistemas de navegación semántica en 3D, brazos robóticos con múltiples grados de libertad y algoritmos de aprendizaje profundo. Un ejemplo representativo es el AGI Bot, que ha producido 962 robots humanoides con inteligencia artificial avanzada. Por otro lado, Pudu Robotics ha desarrollado el PUDU D9, un robot bípedo con capacidades para operar en entornos complejos.
El impulso de China hacia la robótica y la IA se ve reflejado en su meta para 2030, cuando busca posicionarse como el principal líder mundial en inteligencia artificial. Esto podría traducirse en 600.000 millones de dólares anuales añadidos a su economía. Ya en 2024, el país alberga más de 4.500 empresas de inteligencia artificial, lo que representa el 15% del total mundial. La inversión privada en IA generativa también ha mostrado un aumento significativo, pasando de 650 millones de dólares en 2023 a 3.150 millones de dólares en 2024.
El estado chino respalda este progreso con financiamiento para investigación y desarrollo, creando ecosistemas de inteligencia artificial impulsados por empresas como Alibaba, Huawei y Baidu. A diferencia de Occidente, China prioriza aplicaciones específicas de la industria, adoptando un enfoque vertical.
Sin embargo, el camino no está exento de desafíos. Lograr la plena autonomía operativa de estos robots, especialmente en tareas complejas, es un reto significativo. Además, barreras culturales y éticas dificultan la aceptación de robots en la vida cotidiana. La competencia con Estados Unidos y las restricciones en la exportación de tecnología, especialmente los semiconductores, también podrían impactar el desarrollo tecnológico en China.
No obstante, la producción de un millón de robots para 2025 promete transformar la manufactura y la automatización a nivel global. La inversión total en esta iniciativa supera los 7.000 millones de yuanes (aproximadamente 1.000 millones de dólares), y tiene aplicaciones variadas en hogares, fábricas, salud y servicios públicos.
Este esfuerzo por parte de China marca un hito significativo en la evolución de la tecnología robótica e inteligencia artificial y representa una visión clara del futuro de estos campos.