El vuelo 2216 de Jeju Air, operado por un Boeing 737-800 y transportando a 181 personas (175 pasajeros y 6 miembros de la tripulación), intentó un aterrizaje de emergencia el 29 de diciembre de 2024 alrededor de las 9:00 AM en el Aeropuerto Internacional de Muan, ubicado a 185 millas al suroeste de Seúl. Durante el intento, la aeronave se estrelló contra una pared y se incendió, resultando en la muerte de 179 personas y dejando solo a dos sobrevivientes, ambos miembros de la tripulación.
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Se sospecha que un impacto de aves fue un factor clave en el accidente, ya que la torre de control había emitido una advertencia de ave pocos minutos antes del hecho. Sin embargo, expertos cuestionan si un impacto de aves podría haber causado una falla tan catastrófica en el tren de aterrizaje, lo que llevó a un aterrizaje de emergencia en panza y al posterior choque con una barrera de concreto.
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Las grabadoras de datos de vuelo y de voz de la cabina, comúnmente conocidas como cajas negras, fueron recuperadas y serán analizadas por expertos para esclarecer las causas del accidente. El Aeropuerto Internacional de Muan ha reportado la mayor tasa de impactos de aves entre los 14 aeropuertos regionales de Corea del Sur, con 10 incidentes entre 2019 y agosto de 2024.
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En respuesta al desastre, el gobierno surcoreano declaró un período de luto nacional de siete días a partir del 29 de diciembre. Hasta el 30 de diciembre, se habían identificado 140 de las 179 víctimas, y los cuerpos de 165 víctimas fueron trasladados a una morgue temporal. Líderes mundiales, incluido el presidente de EE. UU., Joe Biden, han expresado sus condolencias, y se espera que un equipo de investigadores estadounidenses participe en la investigación.
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Los dos sobrevivientes del accidente, ambos asistentes de vuelo, están siendo atendidos en un hospital. Uno de ellos se encuentra en la unidad de cuidados intensivos con múltiples fracturas. La magnitud de esta tragedia ha puesto en foco la seguridad aérea en Corea del Sur y subraya la necesidad de adoptar medidas más efectivas para prevenir impactos de aves en los aeropuertos.
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Tras el accidente, las autoridades han anunciado planes para una "inspección especial" de toda la flota de Boeing 737-800 en Corea del Sur, compuesta por 101 aeronaves operativas.
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Las familias de las víctimas han expresado su dolor y frustración ante la falta de información inmediata sobre el accidente. Este evento ha generado un intenso escrutinio sobre las prácticas y regulaciones de seguridad aérea en el país.
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Este ha sido categorizado como el peor desastre de aviación en la historia de Corea del Sur, marcando un trágico capítulo en la aviación del país y resaltando la imperiosa necesidad de revisar y mejorar las medidas de seguridad en todos sus aspectos.