En la madrugada del 1 de enero de 2025, alrededor de las 3:15 a. m., un hombre identificado como Shamsud Din Jabbar condujo su camioneta a alta velocidad hacia una multitud que celebraba el Año Nuevo en la intersección de Bourbon y Canal Street en Nueva Orleans. El ataque trágico resultó en la muerte de al menos 10 personas y dejó a más de 35 heridas.
Tras el impacto, Jabbar disparó contra los oficiales de policía presentes en la escena, hiriendo a dos, quienes se encuentran en condición estable. La policía respondió de inmediato, llevando a un intercambio de disparos que culminó con el abatimiento del sospechoso. En la escena del crimen se recuperó un rifle y dispositivos explosivos improvisados, cuya viabilidad aún está siendo verificada por las autoridades.
Un hogar vinculado a Jabbar en el vecindario de St. Roch fue incendiado, lo que llevó a la evacuación de residentes debido a la posible presencia de más explosivos. Las investigaciones están en curso para determinar si Jabbar tenía vínculos con organizaciones terroristas, ya que en su camioneta se encontró una bandera negra que podría estar asociada con el Estado Islámico u otro grupo extremista.
Las reacciones al ataque han sido de condena y consternación. La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, y el gobernador de Luisiana, Jeff Landry, expresaron su horror ante el incidente, enfatizando que será tratado como un acto de terrorismo. Este ataque se produjo en un momento crítico, justo cuando la ciudad estaba repleta de personas por las festividades de Año Nuevo y por el evento del Sugar Bowl, un importante partido de fútbol americano que atrae a miles de visitantes.
Testigos describieron la escena como caótica, llena de gritos y cuerpos esparcidos por el suelo. Jimmy Cothran, un testigo del ataque, relató haber visto varios cuerpos "horriblemente desfigurados". A pesar del incremento de la presencia policial en la zona por las festividades, ha habido críticas sobre la falta de medidas adecuadas, como barricadas, para proteger a los asistentes del tráfico vehicular.
La policía y el FBI continúan sus investigaciones para obtener más información y han instado a la comunidad a mantenerse alerta y cooperar con las autoridades.