El inicio del año 2025 fue trágico para Ucrania, específicamente para su capital, Kyiv, cuando Rusia lanzó un ataque aéreo utilizando 111 drones. El ataque, que tuvo lugar el 1 de enero, resultó en la muerte de dos personas, incluyendo a una mujer embarazada, y dejó heridas a otras seis, de las cuales tres fueron hospitalizadas por lesiones de metralla y otros traumas.
Los drones atacaron principalmente los distritos de Pecherski y Sviatoshin. En Pecherski, los daños fueron graves: dos pisos de un edificio residencial quedaron parcialmente destruidos. Además, los escombros impactaron un edificio no residencial y causaron un incendio en el techo de la sede del Banco Nacional de Ucrania.
El alcalde de Kyiv, Vitali Klitschko, confirmó que las sirenas de alerta comenzaron a sonar antes del amanecer, y que la mayoría de los heridos se encontraban en el barrio central de Pecherski. En esta área, un edificio de apartamentos también sufrió un incendio a causa del ataque.
Las fuerzas aéreas ucranianas lograron interceptar 63 de los drones lanzados. No obstante, 46 de los dispositivos no alcanzaron su objetivo, lo que aún dejó un impacto significativo en la ciudad. La intensidad de las explosiones y las sirenas de alerta causaron pánico entre los residentes.
Este ataque marca una escalada en las hostilidades entre Rusia y Ucrania, que ya incluían un lanzamiento de 78 misiles y 106 drones contra el sistema energético ucraniano el pasado 25 de diciembre de 2024. Solo unos días antes, el 31 de diciembre, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, había reiterado en su mensaje de Año Nuevo el compromiso del país de unirse a la OTAN, una meta firmemente rechazada por Rusia.
El ataque ocurrió mientras el mundo celebraba la llegada del Año Nuevo, un hecho que llevó a la condena de varios funcionarios ucranianos por la falta de respeto hacia las festividades. Las operaciones de rescate en las áreas afectadas continuaron intensa y prolongadamente, con una fuerte presencia de equipos de emergencia y fuerzas policiales.
En términos de daños estructurales, además de los incendios y destrucciones parciales de residencias, la sede del Banco Nacional de Ucrania sufrió particularmente con un incendio en su planta superior. La respuesta de los servicios de emergencia ha sido rápida, pero aún así la comunidad internacional mira con preocupación la creciente tensión y los ataques constantes entre ambos países.