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África enfrenta crisis humanitaria tras el desmantelamiento de USAID

La desaparición de la agencia de ayuda estadounidense bajo la administración Trump deja a millones de africanos sin acceso a servicios esenciales, mientras gobiernos y organismos internacionales buscan soluciones urgentes.

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África enfrenta crisis humanitaria tras el desmantelamiento de USAID

La desaparición de la agencia de ayuda estadounidense bajo la administración Trump deja a millones de africanos sin acceso a servicios esenciales, mientras gobiernos y organismos internacionales buscan soluciones urgentes.

“Podríamos ver cómo la gobernanza deja de existir en algunos países, a menos que otros actores intervengan”

– Charlie Robertson, economista especializado en África.

9/2/2025

El colapso de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) bajo la administración de Donald Trump y la influencia de Elon Musk ya está dejando graves consecuencias en la atención médica y otros servicios esenciales en África. La desaparición de la agencia afecta a millones de personas que dependían de su financiamiento para sobrevivir.

Durante décadas, USAID fue la principal fuente de ayuda exterior de EE.UU. en el continente africano, destinando más de 8.000 millones de dólares anuales a programas de alimentación, salud y asistencia humanitaria. Sin embargo, en pocas semanas, la administración de Trump ha desmantelado gran parte de la agencia y busca eliminarla por completo.

El expresidente Trump anunció la decisión en redes sociales con un mensaje contundente: "¡CIÉRRENLA!", acusando a la agencia de corrupción sin presentar pruebas concretas. Aunque un juez federal bloqueó temporalmente el cierre total, las acciones ya han generado incertidumbre y temor entre los trabajadores y beneficiarios de USAID en África.

Los despidos masivos de empleados de la agencia han comenzado en varios países africanos, afectando gravemente servicios básicos. En Kenia, al menos 40.000 trabajadores de la salud han perdido su empleo, y varias agencias de la ONU han reducido drásticamente su personal y presupuesto. En Etiopía, el Ministerio de Salud ha despedido a 5.000 profesionales sanitarios financiados por USAID.

El impacto de la desaparición de USAID se extiende más allá del sector de la salud. Dos de los mayores campos de refugiados en Kenia, que albergan a 700.000 personas de 19 países, dependen en gran medida de la financiación estadounidense, y ahora enfrentan un futuro incierto.

"No lo podemos creer", lamentó Medhanye Alem, del Centro para Víctimas de la Tortura en Etiopía, cuya organización ha tenido que cerrar nueve centros de atención.

Los gobiernos africanos y organismos internacionales buscan alternativas para evitar un colapso total de los sistemas de salud y educación que dependían de USAID. Sin embargo, la magnitud de la crisis hace que encontrar reemplazos inmediatos sea una tarea difícil. "Podríamos ver cómo la gobernanza deja de existir en algunos países, a menos que otros actores intervengan", advirtió el economista Charlie Robertson.

Mientras tanto, la administración Trump avanza rápidamente en el cierre de la agencia. Musk, quien ha tomado un papel activo en la reestructuración de USAID, ha calificado a sus empleados de "criminales" y ha ordenado la repatriación de personal estadounidense.

Los funcionarios de USAID han recurrido a aplicaciones de mensajería cifrada como Signal para comunicarse, ante el temor de que sus conversaciones sean monitoreadas por inteligencia artificial. "El ambiente es de paranoia", afirmó un trabajador de la agencia.

A pesar de las promesas del secretario de Estado interino, Marco Rubio, de que la ayuda de emergencia seguirá fluyendo, muchos en la agencia consideran estas declaraciones vacías. "No hay mecanismos reales para garantizar que la ayuda continúe", indicó un alto funcionario de USAID.

El futuro de la agencia y su impacto en África siguen siendo inciertos, pero lo que está claro es que millones de personas ya están sufriendo las consecuencias de esta polémica decisión.

Algo Curioso

“Podríamos ver cómo la gobernanza deja de existir en algunos países, a menos que otros actores intervengan”

– Charlie Robertson, economista especializado en África.

Feb 9, 2025
Colglobal News

El colapso de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) bajo la administración de Donald Trump y la influencia de Elon Musk ya está dejando graves consecuencias en la atención médica y otros servicios esenciales en África. La desaparición de la agencia afecta a millones de personas que dependían de su financiamiento para sobrevivir.

Durante décadas, USAID fue la principal fuente de ayuda exterior de EE.UU. en el continente africano, destinando más de 8.000 millones de dólares anuales a programas de alimentación, salud y asistencia humanitaria. Sin embargo, en pocas semanas, la administración de Trump ha desmantelado gran parte de la agencia y busca eliminarla por completo.

El expresidente Trump anunció la decisión en redes sociales con un mensaje contundente: "¡CIÉRRENLA!", acusando a la agencia de corrupción sin presentar pruebas concretas. Aunque un juez federal bloqueó temporalmente el cierre total, las acciones ya han generado incertidumbre y temor entre los trabajadores y beneficiarios de USAID en África.

Los despidos masivos de empleados de la agencia han comenzado en varios países africanos, afectando gravemente servicios básicos. En Kenia, al menos 40.000 trabajadores de la salud han perdido su empleo, y varias agencias de la ONU han reducido drásticamente su personal y presupuesto. En Etiopía, el Ministerio de Salud ha despedido a 5.000 profesionales sanitarios financiados por USAID.

El impacto de la desaparición de USAID se extiende más allá del sector de la salud. Dos de los mayores campos de refugiados en Kenia, que albergan a 700.000 personas de 19 países, dependen en gran medida de la financiación estadounidense, y ahora enfrentan un futuro incierto.

"No lo podemos creer", lamentó Medhanye Alem, del Centro para Víctimas de la Tortura en Etiopía, cuya organización ha tenido que cerrar nueve centros de atención.

Los gobiernos africanos y organismos internacionales buscan alternativas para evitar un colapso total de los sistemas de salud y educación que dependían de USAID. Sin embargo, la magnitud de la crisis hace que encontrar reemplazos inmediatos sea una tarea difícil. "Podríamos ver cómo la gobernanza deja de existir en algunos países, a menos que otros actores intervengan", advirtió el economista Charlie Robertson.

Mientras tanto, la administración Trump avanza rápidamente en el cierre de la agencia. Musk, quien ha tomado un papel activo en la reestructuración de USAID, ha calificado a sus empleados de "criminales" y ha ordenado la repatriación de personal estadounidense.

Los funcionarios de USAID han recurrido a aplicaciones de mensajería cifrada como Signal para comunicarse, ante el temor de que sus conversaciones sean monitoreadas por inteligencia artificial. "El ambiente es de paranoia", afirmó un trabajador de la agencia.

A pesar de las promesas del secretario de Estado interino, Marco Rubio, de que la ayuda de emergencia seguirá fluyendo, muchos en la agencia consideran estas declaraciones vacías. "No hay mecanismos reales para garantizar que la ayuda continúe", indicó un alto funcionario de USAID.

El futuro de la agencia y su impacto en África siguen siendo inciertos, pero lo que está claro es que millones de personas ya están sufriendo las consecuencias de esta polémica decisión.

El colapso de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) bajo la administración de Donald Trump y la influencia de Elon Musk ya está dejando graves consecuencias en la atención médica y otros servicios esenciales en África. La desaparición de la agencia afecta a millones de personas que dependían de su financiamiento para sobrevivir.

Durante décadas, USAID fue la principal fuente de ayuda exterior de EE.UU. en el continente africano, destinando más de 8.000 millones de dólares anuales a programas de alimentación, salud y asistencia humanitaria. Sin embargo, en pocas semanas, la administración de Trump ha desmantelado gran parte de la agencia y busca eliminarla por completo.

El expresidente Trump anunció la decisión en redes sociales con un mensaje contundente: "¡CIÉRRENLA!", acusando a la agencia de corrupción sin presentar pruebas concretas. Aunque un juez federal bloqueó temporalmente el cierre total, las acciones ya han generado incertidumbre y temor entre los trabajadores y beneficiarios de USAID en África.

Los despidos masivos de empleados de la agencia han comenzado en varios países africanos, afectando gravemente servicios básicos. En Kenia, al menos 40.000 trabajadores de la salud han perdido su empleo, y varias agencias de la ONU han reducido drásticamente su personal y presupuesto. En Etiopía, el Ministerio de Salud ha despedido a 5.000 profesionales sanitarios financiados por USAID.

El impacto de la desaparición de USAID se extiende más allá del sector de la salud. Dos de los mayores campos de refugiados en Kenia, que albergan a 700.000 personas de 19 países, dependen en gran medida de la financiación estadounidense, y ahora enfrentan un futuro incierto.

"No lo podemos creer", lamentó Medhanye Alem, del Centro para Víctimas de la Tortura en Etiopía, cuya organización ha tenido que cerrar nueve centros de atención.

Los gobiernos africanos y organismos internacionales buscan alternativas para evitar un colapso total de los sistemas de salud y educación que dependían de USAID. Sin embargo, la magnitud de la crisis hace que encontrar reemplazos inmediatos sea una tarea difícil. "Podríamos ver cómo la gobernanza deja de existir en algunos países, a menos que otros actores intervengan", advirtió el economista Charlie Robertson.

Mientras tanto, la administración Trump avanza rápidamente en el cierre de la agencia. Musk, quien ha tomado un papel activo en la reestructuración de USAID, ha calificado a sus empleados de "criminales" y ha ordenado la repatriación de personal estadounidense.

Los funcionarios de USAID han recurrido a aplicaciones de mensajería cifrada como Signal para comunicarse, ante el temor de que sus conversaciones sean monitoreadas por inteligencia artificial. "El ambiente es de paranoia", afirmó un trabajador de la agencia.

A pesar de las promesas del secretario de Estado interino, Marco Rubio, de que la ayuda de emergencia seguirá fluyendo, muchos en la agencia consideran estas declaraciones vacías. "No hay mecanismos reales para garantizar que la ayuda continúe", indicó un alto funcionario de USAID.

El futuro de la agencia y su impacto en África siguen siendo inciertos, pero lo que está claro es que millones de personas ya están sufriendo las consecuencias de esta polémica decisión.

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