Donald Trump, presidente y ahora nuevamente al frente de la Casa Blanca, ha condicionado el apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania a la obtención de un beneficio material: acceso a las reservas de tierras raras y otros minerales críticos del país. En una declaración realizada el 3 de febrero de 2025, Trump manifestó: “Estamos trabajando en un acuerdo con Ucrania por el que ellos se asegurarán lo que les estamos aportando a cambio de sus tierras raras y otras cosas”. Su propuesta busca que Estados Unidos reciba, a través de un acuerdo comercial, recursos minerales equivalentes a 500.000 millones de dólares para compensar la inversión militar realizada.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha mostrado disposición para negociar. En septiembre de 2024, Zelenski presentó a Trump un “plan de la victoria” que contenía medidas para reforzar las defensas de Ucrania y permitir el acceso de empresas aliadas a recursos naturales del país, entre los que destacan titanio, grafito, litio, uranio y tierras raras. Sin embargo, este enfoque también fue estratégico, ya que, aunque se había informado que Ucrania estaba cerca de cerrar un acuerdo con la administración de Joe Biden a finales de 2024, finalmente decidió esperar al cambio de liderazgo en la presidencia de Estados Unidos.
El consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, justificó esta iniciativa argumentando que Trump busca una manera de asegurar el retorno de la inversión militar. La propuesta no se limita únicamente a minerales críticos, sino que también incluye petróleo y gas como parte de un posible acuerdo, según indicó Waltz. A su vez, Zelenski ha declarado que cualquier pacto que se firme deberá ser mutuamente beneficioso, destacando a Estados Unidos como el principal aliado de Ucrania en el contexto del conflicto.
No obstante, el precio puesto por Trump, que asciende a 500.000 millones en recursos minerales, ha sido severamente criticado en otros círculos internacionales. El canciller alemán, Olaf Scholz, reprobó públicamente esta postura, señalando que en medio de la agresión sufrida por Ucrania, el apoyo entre aliados debería ser incondicional.
El plan de Zelenski incluye igualmente una propuesta para que Ucrania reciba una invitación formal a unirse a la OTAN, algo que, hasta ahora, tanto Biden como Trump han rechazado. Zelenski sugirió que, de no ser aceptada esta alternativa, su país consideraría la instalación de armas nucleares como medida de defensa, añadiendo un nuevo punto de tensión a la discusión.
En conclusión, la negociación entre Donald Trump y Volodímir Zelenski se centra en el delicado equilibrio entre la autonomía de Ucrania y la seguridad de obtener la ayuda militar necesaria para continuar enfrentando el conflicto en su territorio. El tema abre un debate en la diplomacia internacional, pues pone en evidencia el dilema entre la ayuda condicionada y el compromiso mutuo entre países aliados, marcando una nueva etapa en las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania. Ucrania se encuentra entre los países con mayores reservas de minerales críticos en Europa, fundamentales para fabricar tecnologías avanzadas, como baterías de vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, lo que refuerza su posición estratégica en el comercio global de estos recursos.