La Unión Europea (UE) ha anunciado la adopción de contramedidas, por un valor estimado de 26,000 millones de euros, en respuesta a los recientes aranceles del 25% impuestos por la administración del expresidente estadounidense Donald Trump sobre las importaciones de acero y aluminio. Dichos aranceles, que entraron en vigor el 12 de marzo de 2025, han desencadenado una ola de reacciones en el comercio transatlántico.

En esta ocasión, la UE ha focalizado sus medidas en bienes específicos provenientes de Estados Unidos, entre los que destacan productos cultural y económicamente sensibles como el bourbon, los vaqueros Levi’s, motocicletas Harley-Davidson y embarcaciones. De acuerdo con el planteamiento presentado, la implementación de estas contramedidas se desarrollará en dos etapas:

1. Primera fase: A partir del 1 de abril de 2025, se reinstaurarán impuestos previamente congelados en determinados productos estadounidenses.

2. Segunda fase: A mediados del mismo mes se ampliará la lista de bienes arancelados, tras las consultas entre la Comisión Europea, los Estados miembros y los sectores económicos afectados. Entre los posibles productos adicionales están electrodomésticos, cosméticos, artículos de cuero y productos agrícolas como aves de corral, nueces, lácteos, naranjas y azúcar.

La Comisión Europea calcula que el impacto de los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones europeas podría superar los 26,000 millones de euros, lo que equivale aproximadamente al 5% del total de bienes que la UE exporta a Estados Unidos. Estos aranceles representan una carga significativa para las empresas europeas exportadoras, además de amenazar el equilibrio de las cadenas globales de suministro y potenciar la incertidumbre en un entorno económico ya tensionado.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, calificó las medidas de Washington de "impuestos perjudiciales" y advirtió sobre los posibles efectos colaterales de estas acciones en las relaciones comerciales entre ambas regiones. Este escenario recuerda un episodio previo durante la primera administración de Trump, cuando este impuso aranceles del 10% al acero y aluminio europeos. La respuesta de la UE en aquel entonces consistió en arancelar productos estadounidenses por un valor aproximado de 6,500 millones de euros, una cifra significativamente menor en comparación con las medidas actuales.

La perspectiva de una escalada en las tensiones económicas no puede descartarse, ya que Trump ha declarado su intención de responder a las contramedidas de la UE, alimentando la posibilidad de una guerra comercial transatlántica. Sin embargo, los detalles concretos de su posible reacción no han sido anunciados hasta el momento.

El trasfondo de estas decisiones refleja las complejas interacciones comerciales entre ambas potencias económicas. Por un lado, Estados Unidos busca proteger sectores clave como el acero y el aluminio mediante políticas proteccionistas, mientras que la UE apuesta por defender sus intereses comerciales y evitar pérdidas en sectores estratégicos.

El bourbon y las motocicletas Harley-Davidson, dos de los productos arancelados por la UE, son íconos culturales estadounidenses que ya habían sido blanco de represalias comerciales en disputas anteriores, debido a su valor simbólico y económico en exportaciones clave de EE. UU.