En respuesta al conflicto con Rusia, Ucrania ha revolucionado su industria militar mediante la integración de innovación tecnológica aportada por start-ups locales. Este fenómeno es impulsado por emprendedores que desarrollan soluciones innovadoras para contrarrestar la avanzada tecnología bélica de las fuerzas enemigas.
Un notable caso es Iván Frankiv, quien a sus 31 años diseñó un detector de drones en apenas un mes. Su empresa, Kara Dag Technologies, que se especializa en esta clase de sistemas, recibió una inversión de medio millón de dólares (equivalente a 461.000 euros) de un fondo estadounidense en septiembre de 2023. Los detectores, cuyo costo unitario es de 400 dólares, tienen una trascendencia en el campo de batalla, ya que contribuyen a proteger la vida de hasta 100 soldados al año.
La inversión en start-ups ha mostrado un crecimiento exponencial. En 2022, estas empresas no recibieron apoyo estatal alguno, pero en 2023 lograron captar 5 millones de dólares y, para 2024, las cifras proyectadas ascienden a 50 millones de dólares. La plataforma gubernamental Brave1 ha jugado un papel crucial al respaldar 1.500 start-ups y 3.200 proyectos militares en tan solo dos años, consolidando un nuevo modelo de cooperación público-privada en el ámbito de la defensa.
El desarrollo de drones destaca como una de las principales innovaciones. Ucrania produjo 4 millones de drones en 2024, algunos de ellos confeccionados con fibra óptica para evitar la emisión de señales de radiofrecuencia. Estos drones de última generación tienen un costo estimado de 900 euros cada uno.
Por otro lado, el sector industrial militar experimentó una modernización sustancial con la reestructuración de la histórica empresa estatal Ukroboronprom, que ahora opera en conjunto con 500 empresas locales y emplea a alrededor de 300.000 trabajadores. En este ámbito, la plataforma internacional Zbroyari recaudó 1.500 millones de dólares provenientes de nueve países en 2024, destinados a potenciar a los fabricantes de armamento ucranianos.
Un aspecto distintivo de la estrategia ucraniana ha sido la capacitación. Desde abril de 2022, Vasil, fundador de una escuela de drones, ha capacitado a alrededor de 100 personas al mes. Gracias a financiamiento propio y donaciones, esta escuela se consolidó como un referente crítico, con instructores provenientes directamente del terreno de batalla.
Además de los avances en armamento y drones, se realizaron notables contribuciones en el ámbito de la comunicación táctica. Uno de los ejemplos más relevantes es el de Mijailo Rudominski, quien fundó Himera y desarrolló sistemas de comunicación en tan solo dos meses. Sus propuestas atrajeron más de 500.000 dólares en inversión durante 2023.
El presidente Zelenski ha enfatizado en múltiples ocasiones la importancia de la innovación en este entorno bélico. Según sus declaraciones, las tácticas modernas deben estar respaldadas por tecnología avanzada para responder eficazmente a las amenazas de una guerra cada vez más tecnificada.
Estos avances son indicativos de una transformación radical en la industria militar de Ucrania, en la cual las start-ups, la tecnología y la innovación lideran un esfuerzo colectivo que impacta profundamente no solo en la defensa del país, sino también en la configuración del conflicto.
En tan solo dos años, Ucrania inició el desarrollo de drones de fibra óptica, una tecnología cuya clave es que no emiten señales de radiofrecuencia, haciéndolos indetectables por radares y revolucionando las tácticas de guerra modernas.