.webp)
.svg){kind=small}
El gobierno de Canadá ha anunciado la imposición de aranceles del 25% sobre importaciones procedentes de Estados Unidos por un total de US$ 29.8 mil millones. Estos aranceles se implementarán oficialmente el 13 de marzo de 2025 a las 12:01 a.m., y forman parte de una estrategia de represalia contra las tarifas introducidas por la administración del presidente Donald Trump.
El desglose de los productos afectados por las tarifas canadienses incluye US$ 12.6 mil millones en productos de acero, US$ 3 mil millones en productos de aluminio y US$ 14.2 mil millones en otros bienes, entre los que se encuentran computadoras, equipos deportivos y productos de hierro fundido. La medida refleja un enfoque denominado “dólar por dólar”, establecido por el Ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc, en respuesta directa al anuncio de Estados Unidos de imponer aranceles del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio.
Las tarifas estadounidenses, vigentes desde el 12 de marzo de 2025, han generado tensiones significativas en el comercio bilateral y en los mercados globales. Como consecuencia de estas acciones, otros actores internacionales, como la Unión Europea, han intervenido aplicando también aranceles sobre productos estadounidenses, sumando un total de US$ 28 mil millones.
En un principio, el presidente Trump había amenazado con incrementar los aranceles para las importaciones de aluminio y acero desde Canadá hasta el 50%. Sin embargo, esta medida fue retirada ante las presiones de Ottawa y la creciente incertidumbre económica generada tanto a nivel doméstico como internacional.
El conflicto comercial ha provocado preocupación entre diversos sectores económicos, incluidos líderes empresariales, de gobierno y analistas del comercio internacional. En Canadá, la ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly, señaló que el país no cederá ante lo que calificó como una “coerción económica” ejercida por la administración estadounidense.
En conjunto, estas decisiones han agudizado el panorama de la actual guerra comercial, destacando no solo las repercusiones para las economías de Canadá y Estados Unidos, sino también los posibles efectos dominó en las cadenas de suministro globales.
El gobierno de Canadá ha anunciado la imposición de aranceles del 25% sobre importaciones procedentes de Estados Unidos por un total de US$ 29.8 mil millones. Estos aranceles se implementarán oficialmente el 13 de marzo de 2025 a las 12:01 a.m., y forman parte de una estrategia de represalia contra las tarifas introducidas por la administración del presidente Donald Trump.
El desglose de los productos afectados por las tarifas canadienses incluye US$ 12.6 mil millones en productos de acero, US$ 3 mil millones en productos de aluminio y US$ 14.2 mil millones en otros bienes, entre los que se encuentran computadoras, equipos deportivos y productos de hierro fundido. La medida refleja un enfoque denominado “dólar por dólar”, establecido por el Ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc, en respuesta directa al anuncio de Estados Unidos de imponer aranceles del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio.
Las tarifas estadounidenses, vigentes desde el 12 de marzo de 2025, han generado tensiones significativas en el comercio bilateral y en los mercados globales. Como consecuencia de estas acciones, otros actores internacionales, como la Unión Europea, han intervenido aplicando también aranceles sobre productos estadounidenses, sumando un total de US$ 28 mil millones.
En un principio, el presidente Trump había amenazado con incrementar los aranceles para las importaciones de aluminio y acero desde Canadá hasta el 50%. Sin embargo, esta medida fue retirada ante las presiones de Ottawa y la creciente incertidumbre económica generada tanto a nivel doméstico como internacional.
El conflicto comercial ha provocado preocupación entre diversos sectores económicos, incluidos líderes empresariales, de gobierno y analistas del comercio internacional. En Canadá, la ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly, señaló que el país no cederá ante lo que calificó como una “coerción económica” ejercida por la administración estadounidense.
En conjunto, estas decisiones han agudizado el panorama de la actual guerra comercial, destacando no solo las repercusiones para las economías de Canadá y Estados Unidos, sino también los posibles efectos dominó en las cadenas de suministro globales.
