Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, anunció que él y el presidente ruso Vladímir Putin acordaron iniciar negociaciones para un cese al fuego en Ucrania tras una conversación telefónica que se extendió por aproximadamente 90 minutos. Trump describió el diálogo como "largo y altamente productivo", abordando principalmente la necesidad de detener las muertes ocasionadas por el conflicto.
El acuerdo implica que equipos de ambos países trabajen inmediatamente en las negociaciones, mientras el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, subrayó que lograr la paz podría requerir que Ucrania ceda parte de su territorio y renuncie a la posibilidad de unirse a la OTAN. Hegseth también destacó que restaurar las fronteras ucranianas a sus demarcaciones previas a 2014 sería "irrealista" y que perseguir tal objetivo prolongaría el conflicto innecesariamente. Además, indicó que cualquier garantía de seguridad para el territorio ucraniano debería recaer en países europeos, excluyendo a las tropas estadounidenses.
En este marco, Volodymyr Zelenskyy manifestó su respaldo a las conversaciones de alto nivel. "Nadie quiere la paz más que Ucrania", afirmó el presidente, quien tiene programado reunirse con el vicepresidente estadounidense JD Vance y el secretario de Estado Marco Rubio en la Conferencia de Seguridad de Múnich para consolidar estrategias y evaluar las propuestas discutidas.
Por otro lado, se menciona la posibilidad de que Trump y Putin sostengan un encuentro personal en Arabia Saudita como parte de este proceso diplomático. Adicionalmente, ambos líderes aceptaron invitaciones mutuas para visitar sus respectivos países, lo que marcaría eventos significativos: esta sería la primera visita de un presidente estadounidense a Rusia desde 2009 y la primera de Putin a EE. UU. desde 2015. Dichas visitas, aunque en etapa de planeación, subrayan la confianza mutua en el marco de estas negociaciones.
El secretario de Defensa de Estados Unidos también comentó sobre la necesidad de una fuerza de disuasión multinacional en Ucrania. Según Hegseth, esta fuerza debería consistir entre 100,000 y 150,000 soldados, una cantidad significativamente menor que los actuales 600,000 efectivos rusos desplegados en el territorio. Este planteamiento surge como parte de un acuerdo de seguridad posterior al cese al fuego.
El contexto de estos avances diplomáticos incluye un reciente intercambio de prisioneros entre ambas naciones, en el que intercambiaron a Marc Fogel, un profesor estadounidense detenido en Moscú, y Alexander Vinnik, un ciudadano ruso acusado de fraude en criptomonedas y extraditado a Estados Unidos. Este giro demuestra una dinámica activa en las relaciones entre Washington y Moscú sobre diversos temas.
La diplomacia toma forma en un punto crítico del conflicto en Ucrania, donde las concesiones y los intereses territoriales continúan en el centro de la discusión. Si las visitas mutuas entre Trump y Putin se concretan, se marcaría un hito histórico, pues ningún presidente de EE. UU. ha viajado a Rusia desde Barack Obama en 2009, y Putin no pisa suelo estadounidense desde su visita en 2015 para la Asamblea General de la ONU.